Con la inauguración de la exposición fotográfica Cuicuilco, 100 años de investigaciones arqueológicas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), celebra un siglo de estudios en torno a este sitio del sur de Ciudad de México.
La exhibición temporal, montada en el Museo de Sitio de la zona arqueológica, se integra de 26 fotografías sobre los trabajos arqueológicos realizados en las áreas denominadas Cuicuilco A y B, capturadas entre 1918 y 1997, las cuales proceden de la Fototeca Nacional de la Institución, de los archivos de Byron Cummings y del recinto museístico.
Asimismo, incluye la proyección de un video con una reconstrucción hipotética en 3D del área central de Cuicuilco y su entorno geográfico inmediato, hacia el año 200 de nuestra era, así como la reproducción de un entierro, y la cronología de los investigadores que han explorado el sitio.
Cien años de investigaciones en la Zona Arqueológica de Cuicuilco han aportado información sobre la cultura cuicuilca, la cual habitó en lo que hoy es el sur de la capital del país, entre los años 1000 a.n.e., y 250 n.e.
Desde mediados de la segunda década del siglo pasado, el antropólogo estadounidense Franz Boas instó a Manuel Gamio —considerado el Padre de la Antropología en México— a buscar evidencia arqueológica debajo del pedregal que formó el volcán Xitle, con la intención de definir una cultura temprana, entonces conocida como “arcaíca”, y establecer una secuencia cronológica para las sociedades prehispánicas que ocuparon la Cuenca de México.
En sus recorridos, Gamio observó el montículo de Cinquicuilco, cerca del pueblo de Tlalpan e invitó a explotarlo al arqueólogo Byron Cummings, decano de la Universidad de Arizona.
Los trabajos dieron inicio el 16 de abril de 1922, y pronto develaron que el montículo escondía en su interior al Gran Basamento, el mayor edificio de Cuicuilco.
“El asentamiento prehispánico se extendió en cerca de mil hectáreas; desde la avenida Copilco hasta las faldas de la sierra Chichinautzin y de la avenida Zacatépetl hasta la calzada de Tlalpan, área en la que se estableció el núcleo del asentamiento y una serie de aldeas periféricas que dependían de él y participaban de sus actividades económicas y ceremoniales”, explicó Ramón López Valenzuela, subdirector de Investigación y Conservación de la Dirección de Estudios Arqueológicos, de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH.
“Ha sido difícil explorar Cuicuilco debido a que, hacia el año 250 de nuestra era, la lava del volcán Xitle cubrió un área de casi 70 kilómetros cuadrados, formando el Pedregal de San Ángel y sepultando Cuicuilco casi en su totalidad”, sostuvo.
López Valenzuela expuso que, a través del análisis de los materiales arqueológicos recuperados en el sitio, se ha evidenciado la relación del asentamiento con sitios del occidente de México, en particular con los de la tradición Chupicuaro; figuras femeninas y vasijas de barro, además de tumbas troncocónicas dan cuenta de ello.