En Argentina, el triunfo de la oposición en las elecciones primarias profundizó las diferencias entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, derivando en una crisis política.
La división inició desde que Fernández asumió la presidencia. Se centra entre ajustarse a reclamos sociales para invertir en el sector público, o mantener la disciplina fiscal, como aconseja el Fondo Monetario Internacional.
Para el académico del Flacso México, José del Tronco Paganelli, Alberto Fernández ha intentado llevar adelante una política más ortodoxa, sobre todo en el manejo del déficit fiscal.
Los kichneristas que buscan un poco más de gasto y sobretodo, en el plano económico, consideran que se puede sostener más déficit fiscal y que digamos, hay que ponerle más dinero a la gente en los bolsillos”, mencionó Diego Reynoso, académico, Universidad de San Andrés, Argentina.
El antagonismo entre los mandatarios ha llegado a lo personal.
Hoy el presidente y la vicepresidenta ya no se dirigen la palabra, pero esto generó la necesidad de negociaciones y rearmar el Gabinete”, dijo Diego Reynoso, académico, Universidad de San Andrés, Argentina.
Tras la inesperada derrota electoral del oficialismo y presionado por la exsenadora, el presidente Fernández hizo cambios en su Gabinete el 17 de septiembre.
En el entramado del gabinete, creo que hay un empate yo diría: no se expulsan a los ministros de la vicepresidenta, se reformaron algunas áreas, se cambian los ministros de algunas áreas, no se echa al jefe de gabinete, se mantiene el equipo económico del presidente”, señaló Diego Reynoso, académico, Universidad de San Andrés, Argentina.
Con una inflación del 32% en agosto pasado y continuas protestas sociales, el presidente tomó juramento a los nuevos ministros, con un llamado a la unidad.
Que pongan toda la fuerza. La solución del problema de los argentinos no está en que nos dividan. Está en que estemos más unidos que nunca para hacer frente a lo que hace falta”, dijo Alberto Fernández, presidente de Argentina.
En busca de evitar la eventual derrota de la coalición oficialista en las elecciones legislativas del 14 de noviembre, Cristina Kirchner colocó a su allegado, Juan Manzur como jefe de Gabinete.
Cristina Fernández es una figura con peso político propio, cuando hablo de peso político, estoy hablando de su capacidad de acarrear votos”, mencionó José del Tronco Paganelli, académico, Flacso México.
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