Reportajes especiales

Mujeres profesionistas tienen mayor porcentaje de ocupación en educación básica

Nivel preescolar, formación docente, orientación y asesoría educativa son las principales carreras con mayor porcentaje de mujeres

Este 15 de mayo se conmemora el Día del Maestro y la Maestra, una fecha que busca reconocer el esfuerzo de docentes en las labores de educación en nuestro país.  Las mujeres han jugado un papel fundamental a lo largo de la historia del gremio magisterial, ya que ha sido un sector mayoritariamente feminizado.

Si hacemos un zoom de la situación, es en la educación básica, principalmente preescolar, en donde las mujeres han tendido a ejercer esta profesión.

Según datos del Observatorio Laboral (OLA) del Servicio Nacional de Empleo (SNE), hasta el tercer trimestre de 2021, basado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el sector de la educación ocupaba el tercer lugar que tenía mayores profesionistas ocupados por área de conocimiento. De 10.3 millones de profesionistas ocupados en el país, 46.4% son mujeres.

Las áreas profesionales en donde las mujeres representaron a más de la mitad del total de profesionistas ocupados son: Educación, Ciencias de la Salud, Humanidades y Ciencias Biológicas.

Las carreras con mayores porcentajes de mujeres profesionistas ocupadas son: educación básica (nivel preescolar) 98.5%; formación docente para otros servicios educativos (90%) y Orientación y asesoría educativa (88.6%).

En educación 63% de profesionistas ocupado son mujeres y 37% son hombres.

La feminización de este sector no ha sido un fenómeno nuevo, por ejemplo, hay investigaciones como el que hizo la doctora Oresta López (Colegio de San Luis) que hace una revisión sobre la participación de las maestras en la historia de la educación con el objetivo de visibilizarlas.

Un poco de historia en la feminización de la educación

Oresta López señala que los procesos de feminización en el magisterio surgieron desde el siglo XIX y fue un modelo dominante a escala mundial.

En el caso de México, relata que desde el siglo XVI hasta el XIX, las monjas y “amigas” fueron maestras, pero no estaban reconocidas por el poder del Estado aunque sí por el Clero. En este grupo la especialista reconoce el papel de las maestras indígenas, cacicas y sacerdotisas encargadas de educar a niñas indígenas.

Fue en el siglo XIX que el Estado reconoció a las maestras y les pagó un salario. En este tiempo también se conformó una currícula escolar construida bajo preceptos desiguales por sexo: las escuelas tenían la asignatura obligatoria de costura y bordado, dirigida a las niñas. Ocupaba un lugar esencial en su educación. Luego lo fueron asignaturas como taqui-mecanografía, también dirigida a niñas y adolescentes.

“Durante el surgimiento de la escuela pública para niñas no era posible abrir un colegio para ellas si éste no contaba con enseñanza de la costura y, además, las maestras, por reglamento, debían no sólo demostrar que tenían conocimientos suficientes sino que acreditaron la enseñanza de la costura con reconocida maestra y exponer sus costuras o coser en público, para optar por el puesto de profesora de colegio de niñas”, señala la especialista.

A finales del XIX y hasta 1905, con el surgimiento del magisterio y la educación pública en el país, las maestras ya no sólo enseñaron a niñas, sino que también enseñaron a niños, bajo la figura de ayudantes.

Con la creación de las Escuelas Normales, las mujeres comenzaron a ocupar el gremio y se registraron enormes cambios por la lucha de la equidad en el sector. También historiadoras e historiadores han documentado la participación de mujeres maestras en la revolución y posrevolución, y luego, en actividades sindicales.

“A partir de 1933 ya habían logrado igualdad […]  salarial con los hombres y derechos maternales reconocidos”, relata la doctora López en su texto (publicado en 2006 por la Revista Sinéctica).

La investigadora, no obstante, enfatiza que el magisterio y la participación de las mujeres creció luego de algunas luchas registradas en los albores de los sesenta hasta los ochenta. A principios del siglo XXI, las mujeres representaban 80% de la fuerza laboral en este sector.

No obstante había poca participación en sectores al interior del magisterio (por ejemplo, como líderes sindicales), además se aunó a los problemas políticos y cacicazgos al interior, lo que impactó en delinear una prevalencia de una división sexual del trabajo en la educación.

En años recientes, según detalla la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), hasta el cuarto trimestre de 2019: 53% de docentes de educación superior son hombres y 47% son mujeres. En ese entonces los datos apuntaban que 6 de cada 10 profesores universitarios y de nivel superior (de 50 y más años) son hombres.

En el rango de 30 a 49 años, la proporción de mujeres y hombres era la misma.

Sin embargo, en el grupo etario de menores de 30 años, las mujeres eran 62% de docentes en educación. Se observan cambios sustanciales, aunque las cifras detallan que las mujeres continúan ejerciendo la docencia de educación básica (preescolar) y es menor su participación en educación superior.

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