“Quiero ser Nadia”, un monólogo de la talentosa actriz Valentina Sierra, inundará al Centro Cultural Helénico de reflexiones en torno al abuso, el mutismo y la relación con el cuerpo.
Este montaje, gestado por la compañía Puño de Tierra, es una búsqueda que gira en torno a un abuso infantil y lo que desencadenaron 30 años de silencio.
La puesta se conforma por tres bloques: La niña que no sonreía, una exploración de la infancia perdida entre la presión de las competencias, la violencia física y el autorechazo.
Por otro lado, La caída de Nadia rememora ese momento donde el cuerpo cambia, se transforma y se aleja de la perfección.
Finalmente, Una no es lo que quiere habla sobre cómo el paso del tiempo va transformando al cuerpo propio en un enemigo.
Valentina Sierra se posiciona en la entraña para ofrecer un montaje autoficcional, profundamente sensible, que a través del acto escénico conecta con la herida primigenia del público.
“Al crear esta obra partí de una premisa infantil, ingenua, casi suicida que me adentró en los motores que me llevaron al infierno. En el proceso encontré algunas de las viejas culpas que arrastro; traté de llenar con palabras los silencios que cobijaron las violencias vividas. Ahora lo entiendo: no importa que tan hondo se entierre el dolor, hay gatillos que lo reavivan”, comentó.
Con el unipersonal “Quiero ser Nadia” es sencillo recordar las famosas palabras de la escritora Audre Lorde: “hemos sido educadas para respetar más al miedo que a nuestra necesidad de lenguaje y definición, pero si esperamos en silencio a que llegue la valentía, el peso del silencio nos ahogará”.
¿Qué pasa en lo anímico si se guarda por mucho tiempo algo que lucha por salir a la luz? ¿Qué síntomas provoca el mutismo? Son algunas de las preguntas que oscilan a lo largo de esta obra.
Esta breve temporada se llevará a cabo los viernes a las 20:00 horas, en el Teatro Helénico, del 3 al 24 de junio.