La sociedad mexicana ha sufrido transformaciones importantes en los aspectos familiares, culturales, económicos, políticos, ideológicos y espirituales, gracias a ello hoy se tiene una visión diferente en la conformación de una familia, célula importante para que la sociedad se desarrolle y se consolide ante la exigencia de la globalización.
La familia es la primera institución que tiene la persona para formarse y adquirir las herramientas esenciales para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana. Es en este espacio, el papel primordial que desempeña la madre, el padre y los hijos, son definitivos e impactan en la vida personal y social de cada individuo y de la comunidad en que se desarrolla.
Dentro del marco del Día del Padre, es un buen momento para reflexionar y pensar, ¿Cuál es la importancia de la figura paterna? Para ello, se abordará el tema del paternaje, proceso que se origina durante la gestación-parto-crianza del hijo(a), en esta etapa existe una serie de modificaciones en la conducta del padre, influyendo en su afectividad, sentimientos y vida sexual (Gonzáles, González, Miyar, 2002).
Cuando el hombre se entera que va a ser papá también aparecen muchas emociones: miedo, incertidumbre, felicidad y dudas. Pero esas emociones no siempre son consideradas importantes. Lo que debemos tomar en cuenta es que desde ese momento el papá también experimenta cambios en su personalidad y empieza a prepararse para la paternidad.
Como lo refiere Melamedoff (2012), “el paternaje implica esa disposición para estar ampliamente presente en tempranas etapas del proceso de crecimiento de los hijos y luego dispuesto y disponible, pero a una distancia creciente en forma paralela al proceso de desarrollo del niño. La difícil tarea del parternaje consiste en poder tenerlos, siempre en forma relativa para luego dejarlos partir.”
Es decir, el padre busca establecer vínculos afectivos que le permitan fortalecer el crecimiento del niño o niña y al mismo tiempo dejarlos ser para que formen su personalidad, así como reconocer en él los sentimientos que le generan las diversas situaciones de los vínculos que establece con sus hijos(as) y asumir su rol de padre y pareja.
Hoy en día el hombre está muy involucrado en el reparto de tareas y en el cuidado de los hijos(as). Se da una mayor importancia al tiempo que pasan con los más pequeños(as), ellos necesitan la figura paterna porque son modelos de desarrollo, de comprensión, cariño y confianza, aportan seguridad; el padre en el primer año de vida, ayudan al bebé a explorar, conocer su propio cuerpo y el entorno, cuando se involucra en la crianza de su hijo(a), aumenta el desarrollo de las habilidades sociales y emocionales (González, 2022).
La Dra. Andrea Aguirre y la Dra. María Tatiana Estefan (2020), ambas psiquiatras infanto-juveniles de Clínica Universidad de los Andes comentan que el efecto de la ausencia de padre en la salud y bienestar de los niños puede manifestarse en trastornos emocionales, comportamiento, rendimiento escolar, problemas de relación con los pares, dificultades en la salud física e incluso puede afectar el vínculo con la madre.
Diversos estudios muestran cómo la carencia de padre es la que ocasiona la mayoría de los problemas sociales actuales, desde la pobreza y la delincuencia, hasta el embarazo adolescente, abuso infantil y violencia intrafamiliar.
Por otro lado, es importante no confundir el rol de padre con el de un amigo. “El ser padre incluye afecto, disponibilidad, confianza, respeto mutuo, cercanía, cualidades importantes en una amistad. Sin embargo, para un desarrollo sano, los niños necesitan límites, disciplina y conductas fijadas por los padres, siempre acompañados con amor. Es primordial ir desarrollando una relación de confianza y respeto mutuo, propia de un vínculo sano entre padres e hijos. Las conversaciones deberían darse con un trato cercano y con una escucha activa y abierta acerca de las inquietudes e intereses de los hijos”, indica la Dra. Estefan.
Recuerda que el involucramiento saludable que papá ejerce en la crianza del niño y la niña es fundamental, pues fortalece el bienestar bio-psico-social que lleva a su hijo(a) a desarrollar autonomía e independencia.
Nuestra cultura aún carece de espacios adecuados para esta nueva visión de padre, muchos de los cuales necesitan soporte legal, políticas de tiempo flexible que permitan jornadas parciales y trabajo en casa, etcétera.
Mtra. Guadalupe Rojas Romero
Licencia en Psicología, con Maestría en Gestión Educativa
Docente del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Tlaxcala y de la Universidad Autónoma de Tlaxcala
En CECyTE además de ser Docente he trabajado en el área de Orientación Educativa durante los años de 2003 a 2005