Mari, empleada de General Motors en México, dice que durante la última década se ha sentido impotente para exigir salarios más altos en la planta en el centro del país que produce miles de rentables camionetas anualmente.
Pero este martes y mañana miércoles, los casi 6 mil 500 trabajadores sindicalizados de la planta votarán sobre lo que Mari y muchos compañeros de trabajo ven como una oportunidad histórica para derrocar a su sindicato que, según ellos, protege los intereses de la empresa sobre los suyos propios.
Esta votación marca la primera prueba importante de las reglas laborales bajo el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), un acuerdo comercial regional que reemplazó al TLCAN y tiene como objetivo fomentar sindicatos más fuertes y aumentar los salarios en México, en parte para reducir los incentivos para las empresas estadounidenses, para trasladar puestos de trabajo al sur de la frontera.
La planta de GM en Silao, Guanajuato, es un eje de su estrategia de camiones en América del Norte.
Produjo más de 339 mil camionetas Chevrolet Silverado y GMC Sierra de tamaño completo en 2019, más de un tercio del total de 906 mil de la compañía.
Después de que una votación inicial en abril en la planta de Silao se viera empañada por problemas, incluidos votos dañados, Estados Unidos presentó una queja bajo el “mecanismo de respuesta rápida” del T-MEC.
Por lo que México acordó repetir la votación en presencia de observadores independientes y otras salvaguardias.
El sindicato Miguel Trujillo López que administra el contrato de GM Silao dijo que estaba comprometido a mejorar los derechos de los trabajadores y garantizar un voto justo.
Tenemos que velar por la transparencia, la certeza y la seguridad para que nuestros trabajadores voten libremente”, dijo Tereso Medina, titular del sindicato.
Por su parte, GM dijo que sería neutral y respetuoso con el resultado de la votación.
Estamos trabajando con Estados Unidos y México en apoyo del objetivo compartido de proteger los derechos de los trabajadores”, mencionó la compañía.
Si GM no cumple con las herramientas de aplicación laboral del T-MEC podría enfrentar aranceles de 25% en sus camionetas fabricadas en Silao.