La empresa estadounidense Uber logró penetrar en las principales ciudades de todo el mundo gracias a una estrategia que pasaba por incumplir leyes, engañar y hacer lobby (crear condiciones favorables a sus intenciones) en las más altas esferas, según una filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Los más de 124 mil documentos que componen los Uber Files dejan al descubierto las prácticas éticamente cuestionables de la compañía que dirigía entonces Travis Kalanick y que pasaban por cortejar a primeros ministros, presidentes, milmillonarios, oligarcas y magnates de los medios de comunicación.
Los documentos filtrados están datados entre 2013 y 2017 e incluyen comunicaciones del propio Kalanick con sus directivos. Uno de ellos reconoce que se comportan como “piratas” y en otro documento filtrado dice que “simplemente somos jodidamente ilegales”.
Hay 40 países afectados por los documentos reunidos por el diario británico The Guardian, que ha compartido los mismos con 180 periodistas de 29 países.
“No hemos puesto ni pondremos excusas por los comportamientos pasados que claramente no son coherentes con nuestros valores actuales. Pedimos que nos juzguen por lo que hemos hecho en los últimos cinco años y por lo que haremos en los próximos años”, respondió Uber.
Por su parte. el propio Kalanick rechaza en una de las comunicaciones con sus ejecutivos, las reticencias a enviar a conductores a una manifestación de taxistas pese al riesgo de violencia.
“Creo que vale la pena. La violencia garantiza el éxito“, dijo.
Un portavoz de Kalanick indicó que jamás sugirió que Uber debiera aprovecharse de la violencia a costa de la seguridad del conductor.
“Cualquier insinuación de que hizo algo así sería totalmente falsa”, comentó.
En los documentos hay una conversación entre Kalanick y el actual presidente francés, Emmanuel Macron, entonces ministro de Economía, que revela que ayudó a la empresa en secreto para penetrar en Francia facilitando el acceso a altos funcionarios.
Macron menciona incluso que la empresa tenía un “acuerdo” secreto con sus rivales dentro del Gobierno francés.
Otros políticos que no eran tan receptivos eran claramente despreciados por los ejecutivos de Uber, según estas comunicaciones.
Hasta el ahora, presidente estadounidense, Joe Biden, era despreciado por Kalanick. Entonces Biden era el vicepresidente de Barack Obama y uno de los más firmes defensores de la empresa.
El modelo de empresa pasaba por unos servicios insostenibles económicamente, pero que les permitían controlar en mercado en ciudades de todo el mundo, de Moscú a Johannesburgo, y presionar a las autoridades para que se pudiera utilizar su aplicación.
En muchas ciudades tuvieron éxito, pero en otras su penetración no fue tan amplia y se redoblaba la ofensiva.
En países como Bélgica, España, Italia o Francia el conflicto llegaba a las calles con graves protestas de taxistas. En , la empresa animó a los conductores de Uber a participar en contramanifestaciones y acciones de desobediencia civil.
Cuando advirtieron a Kalanick del riesgo de respuesta de “matones de extrema derecha” y de que estaba “alimentando una pelea”, éste dijo que valía la pena.
“La violencia garantiza el éxito y hay que enfrentarse a estos tipos, ¿No? Esta estrategia es acorde a la propuesta de otro documento en el que se plantea utilizar como un arma a los conductores y aprovechar la violencia que sufrirían “para alimentar el fuego de la polémica”, mencionó Kalanick.
Todo ello respondía así a un guion que se aplicó en Italia, Bélgica, España o Suiza, según los correos electrónicos filtrados.
Cuando encapuchados, supuestamente taxistas, atacaron a los conductores de Uber con martillos en Ámsterdam en 2015, la empresa logró concesiones de las autoridades.
Animaban a los conductores a denunciar ante la policía.
“Serán portada mañana. Seguimos unos días más con el discurso de la violencia y después, la solución frente al cártel del taxi”, señala uno de los textos.