El 14 de julio es el Día Internacional de las Personas no Binarias, pero ¿sabes por qué se denomina así a algunas personas?
Cuando se habla de personas de género no binario, se refiere a aquellas que no se consideran ni hombres ni mujeres, independientemente del género que se les asignó cuando nacieron.
Un ejemplo de reconocimiento de la identidad de género no binaria es la instalación de baños neutros en lugares públicos, es decir, no están identificados como baños exclusivos para hombres o mujeres, sino que cualquier persona puede entrar, sin embargo, aún es una acción incipiente.
Por ello, las personas identificadas no binarias, así como especialistas, han señalado la importancia de visibilizar y no discriminar a quienes tienen esta identidad de género.
Kimberly F. Balsam, profesora de la Universidad de Palo Alto y directora del Centro de Investigación Aplicada Basada en Evidencia LGBTQ, señala que las personas que se identifican como no binarias son más comunes de lo que se piensa, por lo que es necesario que la sociedad comience a pensar fuera de la caja al respecto.
La especialista señala que a medida que crece nuestra comprensión de la complejidad de la identidad, hay cada vez más comunidades que se preguntan quiénes somos y cómo nos llamamos. Balsam señala que estas preguntas no son superficiales o cosméticas, sino que representan cuestiones reales y sustantivas de inclusión y equidad.
Kimberly F. Balsam incluso se pone como ejemplo, pues lo que comenzó hace algunos años como una investigación con una de sus estudiantes de doctorado, sobre personas que se identifican como género no binario, terminó como un proceso de autoexamen.
“Respeto y honro el hecho de que hay muchas personas para quienes una identidad no binaria es lo más verdadero para ellos, mientras que me identifico como mujer. Sin embargo, también es cierto que las perspectivas no binarias me han hecho repensar mi propio género, y pensar en las formas en que yo misma no soy del todo binaria”.
Por ejemplo, “desde mi percepción, la expresión de género realmente depende del contexto. Soy ‘femme’ según cualquier estándar lésbico, pero cuando lo soy con mujeres heterosexuales y cisgénero, a menudo me siento bastante marimacha en comparación. Tengo también cuestiones sobre cómo las perspectivas no binarias sobre el género se relacionan con mi identidad sexual. ¿Qué pasa si no se trata de sentirse atraído por ‘hombres’ o ‘mujeres’, sino por un conjunto complejo de características en conjunto?”, cuenta la profesora Kimberly F. Balsam.
El lenguaje inclusivo o no binario surge por la necesidad de que se incluya a cualquier persona sin importar el género con el que se identifique. De acuerdo con la Guía Práctica del Lenguaje Inclusivo de la organización Chrysallis, hay personas que no se identifican en ese espectro binario del lenguaje. Por tanto, existen identidades que no están contempladas por la forma lingüística utilizada.
“Si siempre usamos el ‘todos’ para dirigirnos a un grupo de personas independientemente de que haya mayor número de mujeres y/o personas no binarias que, de hombres según nuestra mirada social, ¿por qué no usar ‘todes’ y asegurarnos que todas se sienten incluidas? Cuando una persona No Binaria se identifica como tal, ¿por qué no dejar de guiarnos por nuestra ‘mirada social’ y dirigirnos a ella de acuerdo con su pronombre elegido utilizando la ‘e’ ayudando a que se sienta reconocida?”, cuestiona dicha guía.