Dos reporteras y más de 80 mujeres temen hablar de los abusos que sufrieron por parte de Harvey Weinstein.
Ante esto, la película “She Said” mostrará cómo el hostigamiento, las amenazas, la revictimización y la presión de un magnate, sin ningún tipo de consecuencia, son un obstáculo para que ellas puedan romper con el silencio.
En la cinta se podrán ver también los conflictos periodísticos, éticos y que conciernen a temas de género por el que atraviesan estas mujeres, quienes solo accederán a contar su historia si es de forma anónima y si lo hacen todas al tiempo, pero esto las hace caer en revictimizaciones por parte de muchos a su alrededor.
Sin embargo, el esfuerzo por romper el silencio y hablar es lo importante.
Esta cinta se creó gracias al minucioso trabajo de investigación que reveló los casos de abuso sexual de Harvey Weinstein en Hollywood.
“She Said” es la adaptación cinematográfica del libro de Jodi Kantor y Megan Twohey, reporteras de The New York Times que revelaron la vida oscura de Weinstein, lo que también ayudó a impulsar el movimiento #MeToo y varias investigaciones posteriores sobre abusos de poder.
La directora de la cinta, Maria Schrader, quien también ha estado detrás de producciones como “Unorthodox” y la adaptación es de “Ida y Colette Rebecca Lenkiewicz“, ayudó a cambiar las dinámicas sociales, en especial, en lo referente al acoso y abuso sexual, en todo el mundo para siempre.
Las protagonistas de la cinta están encarnadas por Patricia Clarkson , Andre Braugher y Samantha Morton.
Después de dos años de que se publicaran estas investigaciones en The Times y The New Yorker, Weinstein fue sentenciado a 23 años de prisión por cargos de agresión sexual y violación en tercer grado, y en octubre será juzgado en Los Ángeles por cargos de violación y agresión sexual.
Lista de victimas
Casi 90 mujeres, entre ellas, las actrices estadounidenses Umar Thurman, Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow, y la mexicana, Salma Hayek, han acusado a Weinstein de acoso o agresión, desde que estalló el caso en 2017.
El productor de películas como “Pulp Fiction” (1994), “Shakeaspeare enamorado” (1998) y “Kill Bill” (2003) siempre ha defendido que todos sus encuentros sexuales fueron consentidos.