A Estados Unidos le incomodó que Julian Assange revelara los hechos que ha cometido Washington, y de esta forma, que el mundo se enterara de los crímenes de guerra que ha realizado. Por lo anterior, nuestro vecino del norte busca sentenciar al periodista a 175 años de prisión (mínimo) por publicar su trabajo periodístico.
Estados Unidos lo requiere, en concreto, para someterlo a juicio por 18 delitos de espionaje e intrusión informática, por la difusión, a través del portal WikiLeaks, de miles de secretos.
Las autoridades estadounidenses han dicho en numerosas ocasiones que las acciones de Assange y su colaboradora, Chelsea Manning, comprometieron la seguridad de ese país y pusieron en peligro la vida de sus soldados, agentes y colaboradores.
Sin embargo, los abogados del periodista, defensores de derechos humanos, líderes mundiales y millones de personas en todo el mundo, han defendido lo hecho por Julian Assange y piden que no sea entregado a Estados Unidos.
“Julian Assange es un editor, un periodista, un defensor de la libertad, un opositor de las guerras y el imperio y un defensor de los derechos de los oprimidos y desposeídos”, mencionó Joseph Farrell, periodista y embajador de WikiLeaks.
Incluso el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que, si Assange es extraditado y juzgado, la misma estatua de la libertad debería ser removida, ya que las autoridades de la Unión Americana estarían atentando contra los derechos esenciales en la vida.
López Obrador invitó a convocar un encuentro de la prensa más importante del mundo para exhortar que se le otorgue un indulto a Assange; si la Unión Americana no lo hace, “van a quedar manchados”, dijo el mandatario.
Pero, ¿en realidad Assange cometió un delito?, ¿es Assange un delincuente por revelar información y hacer públicos documentos que demuestran la comisión de crímenes de guerra?
El periodista, David Brooks, corresponsal de La Jornada en Estados Unidos, opina que este caso va más allá de lo legal, ya que Assange representa para el mundo la libertad de expresión, la libertad de prensa, el defender el trabajo periodístico de miles de reporteros en el mundo y la defensa de los derechos humanos.
El costo político de extraditar y juzgar a Assange será caro, y la historia deberá juzgar a quienes promuevan esas acciones.
“Nos corresponde a nosotros los periodistas estar en la primera línea, porque como hemos insistido en toda esta conversación esto no tiene que ver solo con Assange, sino con todos nosotros”, refirió David Brooks, corresponsal de La Jornada en Estados Unidos.
Si Julian Assange es extraditado y hallado culpable por hacer uso de su libertad de expresión, será enviado a la prisión de máxima seguridad de Estados Unidos, donde se encuentra actualmente Joaquín Guzmán Loera y diversos terroristas que han acabado con decenas de vidas.
“Estaría en una celda las 22 horas al día, en una cosa muy chica y si es condenado se iría a donde está el Chapo, es lo que se especula a la cárcel de Florence, Colorado, donde está el Unabomber, está el que puso, está uno de los culpados que puso la bomba de Oklahoma City, en condiciones de verdad espantosas”, explicó Brooks.
En caso de este escenario, Estados Unidos podría sentar el precedente de cortar la libertad de expresión a cualquier persona, de juzgar a cualquier periodista que se atreva a meterse con el Gobierno y de llevarlo ante las autoridades para juzgarlo, sí, como un verdadero terrorista, sólo por cumplir el deber de informar.