Elizabeth trabaja día y noche para mantener su hogar y a sus dos hijos. Hace cuatro años, un dictamen médico cambió su vida por completo: su hijo mayor, Gabriel, fue diagnosticado con leucemia y tuvo que dejar todo en Veracruz, de donde es originaria, para mudarse a la Ciudad de México y comenzar de cero.
“Hemos hecho de todo, soy psicóloga infantil. Allá tenía mi consultorio en las tardes; en las mañanas vendía comida porque no me alcanzaba y al venirnos cierro mi consultorio, vendo todas mis cosas, mis muebles, mis libros y todo”, comentó Elizabeth Torres Latos, jefa de vivienda, CDMX.
Ella es una de las casi 12 millones de jefas de vivienda que se registran en México, es decir, aquellas mujeres que se encargan de la economía familiar y están solas en el proceso de crianza.
“El sostenimiento y mantenimiento de la vida, que no se ha reconocido, no se valora, parece que es en automático y tiene que ver con la limpieza, el cuidado de las personas, de la vivienda. Esto lo hacemos las mujeres en 75% de los casos”, indicó Nadine Gasman Zylbermann, presidenta de Inmujeres.
Tal como Laura, quien desde hace 12 años es el único sostén de su casa y ha tenido diferentes trabajos para darle lo necesario a sus tres hijos: Miguel Ángel, Santiago y Adán.
“He trabajado en diferentes lugares y actualmente me dedico sólo a vender café; mi camino es un poquito largo, es oscuro y todos los días hay que cuidarnos de los carros”, epuso Laura Edith Martínez Reyes, jefa de vivienda, Edomex.
“Yo puedo sola y siempre he podido y principalmente con mi familia que ha estado ahí”, agregó.
Y pese a las múltiples tareas que desempeñan, en su mayoría las jefas de familia enfrentan precariedad salarial.
“Las mujeres trabajamos el triple en estas tareas que son el sostenimiento de la vida, que los hombres en general”, añadió Nadine Gasman.
Ante la inequidad en los ingresos son orilladas a buscar de dos o tres empleos. La vida se torna complicada y ni pensar en el desarrollo personal, profesional o incluso maternal.
“Dejo a mi hija ya peinada lista y con lunch en mano y se la dejo a mi mamá, ella la lleva a unas calles, está muy cerca de aquí y cuando salgo de trabajar la recojo y comemos; llegamos a las 8 a la casa, hago la cena y me pongo a trabajar porque doy psicoterapia en línea”, dijo Cinthya Selene Aguirre Gallegos, jefa de vivienda, Edomex.
Y mencionó: “es complicado poder administrar el horario entre la vida laboral, la parte familiar con los hijos y salir adelante”.
Coinciden en que falta reconocimiento al invaluable trabajo de las mujeres, jefas de vivienda.
“Es muy importante reconocer la diversidad de familia; que tenemos la corresponsabilidad, que tenemos entre el gobierno, familias y sector privado de realmente crear las condiciones para que todos y cada uno nos podamos desarrollar”, sostuvo Nadine Gasman.
Seguirán luchando contra cualquier desafío para darles todo a sus hijas e hijos.
“Las mujeres somos ejemplo, somos fortaleza y hasta donde nosotras querramos llegar es donde vamos a llegar; los motores son nuestros hijos y hay que seguir adelante”, manifestó Elizabeth.