
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) inició una investigación sobre la agresión de la que fue víctima una niña en un albergue de Tonalá, Jalisco.
De acuerdo con medios locales, una niña de 11 años fue rociada con alcohol y recibió una descarga eléctrica con una pistola taser, lo cual le provocó quemaduras en el tórax, un brazo y el abdomen.
De acuerdo con la denuncia de la madre, este hecho ocurrió el pasado viernes 22 de julio, pero los encargados del establecimiento, llamado Casa de vida Camino a la fortaleza, le informaron hasta un día después.
Cuando la mamá de la víctima fue notificada de la situación, la sacó del lugar y la trasladó a la clínica 89 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La niña fue sometida ese mismo día a una cirugía plástica y será intervenida quirúrgicamente por segunda vez el próximo 28 de julio.
Será con la siguiente cirugía que los médicos determinarán si será necesario que sea sometida a un procedimiento para injertar piel.
Según el diagnóstico médico, las quemaduras son de segundo grado y afectan 13% de su cuerpo.
Asimismo, la madre denunció que quienes están a cargo del albergue argumentaron que el incidente había sido accidental. Sin embargo, la menor de edad aseguró frente a ellos que se trató de una agresión intencional, pues los responsables le habrían rociado alcohol y posteriormente le habrían propinado una descarga eléctrica en el cuello.
Acorde con el relato de la mamá de la victima, una de las empleadas del sitio la acompañó a la Cruz Verde, que fue al primer lugar al que acudió, pero una vez ahí intentó huir, posiblemente por ser una de las agresoras de su hija.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) fue notificada del hecho y comenzó la investigación sobre lo ocurrido. Los responsables podrían ser acusados de tortura, debido a las heridas que infligieron la niña de 11 años, quien fue ingresada al sitio el pasado 30 de junio a causa de ansiedad severa y ataques epilépticos.