China anunció este miércoles el endurecimiento de las restricciones para que sus ciudadanos que viajen al extranjero en medio de una nueva ola de contagios por COVID-19 en el país.
El coronavirus estaba casi erradicado en China y la vida volvía a la normalidad con respecto a la primavera de 2020, cuando se descubrieron nuevos casos de coronavirus el mes pasado en Nankín, un foco que se propagó rápidamente a 17 provincias.
Para controlar la aparición de nuevos casos, los servicios de inmigración dejarán de expedir temporalmente a los ciudadanos chinos pasaportes y otros documentos necesarios para viajar al extranjero, a menos que haya una razón imperiosa”, dijo Liu Haitao, un responsable de la oficina de inmigración.
No se comunicó hasta cuándo estarán vigentes estas medidas y tampoco quedó claro si los ciudadanos chinos que ya están en posesión de estos documentos podrán desplazarse al extranjero.
China registró el miércoles 71 nuevos casos, lo que equivale a cifras diarias de contagios con origen local del mes de enero.
Aunque los nuevos casos son relativamente pocos con respecto a las cifras de otros países, la extensión geográfica de este nuevo foco de contagios es la más importante de los últimos meses en China.
En las regiones afectadas por la pandemia las autoridades ordenaron la suspensión del transporte público y del funcionamiento de los taxis.
En Pekín, donde el miércoles se conocieron tres casos, las autoridades bloquearon el acceso a un barrio residencial donde vive uno de los afectados.
Un año y medio después del inicio de la pandemia, el COVID-19 volvió a aparecer en Wuhan, la primera ciudad del mundo donde se detectó el virus, a finales de 2019.
En la ciudad de 11 millones de habitantes se detectaron 3 nuevos casos, lo que provocó que se vaya a cribar a todos sus habitantes.