La falta de medicamentos en Cuba no es nueva, pero hace algunos días, las alertas se encendieron porque la industria biofarmacéutica estatal habría informado que en el primer semestre de este año se sufrió una escasez de casi 40% en los medicamentos que surte al cuadro básico.
Ese cuadro incluye a enfermedades como asma, presión arterial, enfermedades pulmonares, sarna y artritis. Las despensas en farmacias y hospitales están prácticamente vacías.
Y es que, el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéuticas (BioCubaFarma), encargada de surtir 369 medicamentos básicos al sistema nacional, tuvo un déficit promedio mensual de 142, así lo dio a conocer Tania Urquiza Rodríguez, vicepresidenta de BioCubaFarma a través de una conferencia de prensa.
“Venimos arrastrando desde el año 2021 una situación muy compleja (…) la mayor parte del financiamiento fue dedicado para el enfrentamiento a la COVID y para el desarrollo y producción de las vacunas”, explicó.
Según la funcionaria, el embargo económico de Estados Unidos y problemas de logística para importar la materia prima, son los principales causantes del escenario.
Subrayó que hay baja cobertura entre las 12 medicinas de mayor demanda como salbutamol (para el asma y enfermedades pulmonares) y enalapril (para la hipertensión).
Derecho a la medicina
Pero la crisis que se vive en Cuba por fármacos también tiene otro trasfondo que no todos abordan, y es el derecho a la medicina al que todo hombre debe acceder.
De acuerdo con el artículo “Consumo de Medicamentos y Condiciones de Vida en un Municipio de la Habana”, de la revista cubana de Salud Pública, escritó por Ana Julia García Milian, en Cuba, la producción de medicamentos está en manos del Estado, así la industria trabaja en coordinación con el Sistema Nacional de Salud, produce y distribuye los medicamentos en función del cuadro epidemiológico del país.
“No obstante, el problema al que se expone la sociedad con el consumo de medicamentos es complejo”, asegura García. Por ello, se pretende argumentar la necesidad del análisis de los patrones de consumo de medicamentos según las condiciones de vida de la población.
Para entender más este contexto, García Milian expone las elevadas prevalencias de consumo de medicamentos con predominio del grupo con condiciones de vida menos favorable, que ronda un 81.5%.
Los resultados de su estudio reportaron que, las mujeres fueron las que mayores tasas presentaron, 77.0% en el estrato con condiciones de vida medianamente favorable y 84.8% en el de menos favorables.
Se observaron diferencias significativas entre los consumidores de medicamentos según condiciones de vida y nivel de escolaridad. Las mayores tasas de prevalencia del consumo de medicamentos se encontraron en el estrato menos favorable para todos los niveles de escolaridad.
La autora describe cómo es que a pesar de que los medicamentos son una práctica que realiza el humano desde su surgimiento, éstas no son para toda la población cubana. Existen diferencias en su consumo según estrato de condiciones de vida.
El medianamente favorable es el que menor per cápita familiar refleja; eso contrasta con su mayor nivel educacional y por ser trabajadores del sector estatal. El género y la edad influyen en el consumo con independencia del estrato.
¿Por qué Cuba es potencia en medicinas?
Aunque a Cuba se le conoce como la potencia médica y como líder en la carrera de las vacunas contra COVID-19 en Latinoamérica, por ofrecer servicios gratuitos y de calidad para todos los ciudadanos, no todo es tan color de rosa.
Sin embargo, Cuba sigue teniendo motivos para considerarse potencia en medicina. Según Miranda Mazariegos, en su artículo “Tres razones para comprender por qué la medicina cubana es tan prestigiosa”, la isla sigue siendo una eminencia mundial cuando se habla de medicina, ya que tan sólo en 2015 gastó 11% de su PIB en el sistema de salud y aproximadamente 0.4% en investigación y desarrollo médico: uno de los índices más altos en Latinoamérica.
Sus estadísticas de mortalidad infantil, desnutrición y esperanza de vida siguen siendo de las mejores en la región.
“La medicina cubana goza de un prestigio extraordinario. Cuba fue el primer país en erradicar la transmisión del VIH de madre a hijo; cuenta con una vacuna para prevenir el cáncer de pulmón y desde el 2006 ofrece un tratamiento para úlceras diabéticas”, asegura Mazariegos.
En busca de la solución
Pese a la crisis reportada la semana pasada en este sector, desde mayo, el presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez, habría informado al diario oficial Granma que la industria estatal sí está trabajando “de forma incansable” para garantizar 61.8% de los medicamentos del cuadro básico.
Por tanto, se busca garantizar 525, de las 849 medicinas básicas del Sistema Nacional de Salud, aun con limitaciones en la disponibilidad de las materias primas.
Ese mismo mes, las autoridades sanitarias cubanas admitieron varios problemas que dificultan la fabricación de medicamentos y provocan una escasez, pese a los esfuerzos oficiales. Para contrarrestar el problema. El mismo Martínez detalló que aunque se estaba poniendo manos a la obra, la solución no será inmediata.