La hepatitis es una inflamación del hígado causada comúnmente por un virus, del cual existen cinco tipos: A, B, C, D y E. Causan infecciones agudas y crónicas, inflamación del hígado y puede desembocar en cirrosis, cáncer hepático e incluso la muerte.
Este problema de salud es responsable de altos niveles de morbilidad y mortalidad en todo el mundo, advierte la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el Día Mundial contra la Hepatitis, que se conmemora este 28 de julio, Once Noticias te presenta algunos datos en nuestro país y recomendaciones para evitar contraerla.
Algunos datos en México
Hasta el año 2020, de acuerdo a la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSa) se registraron mil 978 casos de hepatitis A en nuestro país, con una tasa de incidencia de 3.11 casos por cada 100 mil habitantes.
Los estados con más altas incidencia por hepatitis A fueron: Zacatecas, Baja California Sur y Oaxaca.
Además, la incidencia más alta se concentró en niños y niñas: cada 10 casos por cada 100 mil habitantes. En nuestro país, este tipo de hepatitis es habitual en la niñez por lo que se genera inmunidad duradera, y en adultos se presenta con menor frecuencia.
Las hepatitis A y E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados.
Con respecto a la hepatitis B, de 2010 a 2020, se han registrado siete mil 746 casos en el país. Durante 2020 se registraron 369 casos de este tipo de hepatitis. Las entidades que reportaron las tasas de incidencia más altas de este virus fueron: Quintana Roo, Chihuahua y Tamaulipas.
De las hepatitis virales es la que presenta la tasa de incidencia más baja, probablemente porque se cuenta con una vacuna muy efectiva contra esta enfermedad, de acuerdo a la Dirección General de Epidemiología.
La hepatitis B se puede transmitir de la madre al hijo/a en el parto o también mediante contacto sexual.
En los últimos 11 años, se han contabilizado dos mil 108 casos anuales de hepatitis C, en México. Durante el año 2020 se registraron mil 366 casos y se registró una tasa de incidencia nacional de 1.06 casos por cada 100 mil habitantes.
Baja California, Chihuahua y Colima presentaron las tasas más altas de Hepatitis C.
Las hepatitis B, C y D se producen por el contacto con sangre infectada. Las formas comunes de transmisión son la transfusión de sangre o al utilizar productos sanguíneos contaminados, también en procedimientos médicos invasivos en donde se utiliza equipo contaminado.
En el año 2020, también se registraron brotes: hubo un total de 113 registros, de los cuales 104 fueron brotes de hepatitis A y nueve casos de hepatitis C. Los estados que reportaron una mayor cantidad de brotes por hepatitis A, fueron Oaxaca y Guanajuato.
¿Cómo evitar contraer hepatitis?
Las autoridades sanitarias señalan que para prevenir la hepatitis tipo A y B se recomienda seguir medidas de higiene como lavarse las manos después de usar el baño y cuando se tenga contacto con sangre, heces u otros fluidos corporales de una persona infectada.
También recomiendan evitar el contacto con sangre o fluidos de otras personas. Si las personas requieren transfusión de sangre deben solicitar que sea previamente examinada (sangre segura); también recomienda a personas embarazadas asistir a controles prenatales y tener prácticas sexuales seguras (utilizar preservativo).
Asimismo, evitar compartir agujas, no reutilizar jeringas y la correcta esterilización del equipo para inyectar.
Recomiendan consumir agua potable, evitar consumir alimentos inseguros (que no hayan sido preparados higiénicamente) y evitar consumir mariscos crudos. Una medida importante para eliminar la hepatitis A es hervir el agua.
Una medida fundamental que hacen las autoridades sanitarias, por ejemplo la Secretaría de Salud de Ciudad de México (Sedesa), es contar con el esquema básico de inmunizaciones de acuerdo a la edad. El Esquema Nacional de Vacunación incluye la vacuna hexavalente que protege contra hepatitis B además de difteria, tosferina, haemophilus influenza B, tétanos y poliomielitis.
Se aplica en todos los centros de salud a los 2, 4 y 6 meses de edad y el refuerzo a los 18 meses de edad.