Cruces con nombres en lo alto impiden que aquí se instale el olvido.
Es la transitada avenida San Jerónimo de Monterrey, Nuevo León, un sitio que ha dejado una herida abierta en nuestro país que duele y clama justicia.
El 25 de agosto de 2011, para forzar el cobro de piso, presuntos integrantes del grupo criminal Los Zetas arrojaron gasolina y prendieron fuego en el Casino Royale, provocando un multihomicidio de 52 personas.
Lo increíble es que, a casi 10 años de esta tragedia, hay sólo 34 indiciados y ninguno con sentencia firme por homicidio, alegan que “solo se les pasó la mano”, tampoco hay sanciones contra exfuncionarios.
Esto ocurrió durante la administración federal de Felipe Calderón.
Samara, sobreviviente de ese día y madre de una de las víctimas exige justicia.
Hay deuda para nuestros familiares pero sobre todo para Nuevo León, 52 muertes que hasta el día de hoy no tienen procesos jurídicos claros, no hay sentencias en firme y los procesos que se llevaron a cabo entonces eran más tipo políticas que una aplicación de justicia’’, afirmó Samara Pérez Muñiz.
Es un conjunto de omisiones de los tres órdenes de Gobierno.
Hay mucho por aclarar, el casino continúa teniendo licencia y aun así fue demolido, se intentó retirar entonces este altar que hace poco fue restablecido por los familiares.
Aquí no se puede levantar nada sin antes tener una respuesta.
Si la ciudadanía realiza más consultas populares, podremos tener formas más directas de que las autoridades que se encuentran tengan el conocimiento de qué es lo necesario para que veamos justicia’’, aseguró Samara Pérez Muñiz.
Actualmente, los afectados del Casino Royale gestionan apoyo legal ante de la Comisión de Víctimas de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Además, el 25 de agosto, pintarán nuevamente un mural en este sitio al que hasta ahora no ha llegado la justicia.