Jimena, cuyo verdadero nombre prefirió omitir, es una joven universitaria que sufrió de violencia por parte de su propio novio, pues era espiada a través de su teléfono inteligente.
“Al principio no me daba cuenta, creí que era algo normal que mi novio supiera el código de acceso de mi teléfono, pero después se volvió algo que se salió de control porque él comenzó a cuestionarme sobre quién me escribía por WhatsApp o quiénes eran mis conocidos en redes”, cuenta la joven.
Como Jimena hay cientos de mujeres en México y en el mundo, que son víctimas de acoso y espionaje digital, incluso sin que ellas sepan que están siendo víctimas de esta modalidad de violencia a través de la tecnología.
Un reciente estudio de la firma de seguridad cibernética, Kaspersky, revela que el monitoreo de los dispositivos móviles, sobretodo del teléfono, es el modo más común que utilizan los agresores de mujeres para violentarlas al utilizar métodos digitales.
El estudio “Acoso digital en las relaciones” advierte que del total de personas encuestadas, 55% contestó haber sido víctima de monitoreo del teléfono móvil.
Sin embargo, monitorear el teléfono inteligente no es la única forma de acoso digital, sino incluso existen otras formas como el uso de dispositivos especialmente diseñados para ello, programas instalados en computadoras o teléfonos, espionaje de cámaras web, y a través de dispositivos domésticos inteligentes.
Kaspersky revela que 13% de las víctimas no pudo responder cómo se produjo el acoso, lo que demuestra el desconocimiento de la existencia de estas herramientas.
El estudio revela también que las mujeres son quienes tienen un mayor desconocimiento de la existencia de aplicaciones o herramientas que son utilizadas para el espionaje y el acoso. Alrededor de 42% de las mujeres entrevistadas dijo saber que existen apps que son usadas para el acoso, mientras que 42% de los hombres consultados saben de la existencia de dicho software.
Judith Tapia, gerente de Producto para el Consumidor para México en Kaspersky, explica que hay acciones de las personas que hacen más fácil el acoso digital. Por ejemplo, las parejas a menudo se dicen la contraseña de su teléfono inteligente y la encuesta lo confirma, pues en México, 51% de las personas consultadas conocen la contraseña de su pareja, y también han proporcionado la suya.
Otro hábito digital preocupante, de acuerdo con la experta, es compartir servicios como iCloud y Google Account entre miembros de la misma familia. 31% de los mexicanos lo hace y esta es otra opción tecnológica que permite rastrear a alguien, pues estos servicios incluyen características de ubicación geográfica, almacenamiento de fotos en la nube, entre otras herramientas que pueden ser explotadas.
“Estas aplicaciones (stalkerware) se pueden adquirir online. Son vendidas por compañías registradas de forma legal y se comercializan bajo la apariencia de, por ejemplo, soluciones para monitorear la actividad online de niños y/o empleados. Sin embargo, al contrario de las apps de control parental, el stalkerware se utiliza de manera sigilosa, sin que las víctimas sepan que sus dispositivos están siendo monitoreados”, asevera Judith Tapia.
La ONG mexicana Luchadoras, trabaja de la mano con Kaspersky y 10 organizaciones internacionales en contra del acoso digital a través de la Coalición Anti Stalkerware.
Al respecto, Alicia Reynoso, de la Línea de Apoyo contra la Violencia Digital de Luchadoras, señala que las nuevas tecnologías son cada vez más utilizadas como una herramienta de acoso contra las mujeres, por lo que se han añadido a las violencias estructurales existentes.
“Es relevante señalar que la violencia que se vive en internet tiene componentes de género que implican una extensión de las formas estructurales e históricas con las cuales se han vulnerado los derechos de las mujeres a la libre expresión de nuestro cuerpo, el acceso a información y la participación en el debate público”, destaca Alicia Reynoso.
Agregó que en el informe ‘Frente al Amor Tóxico Virtual: Un año de la Línea de Apoyo contra la Violencia Digital’ se encontró que de las personas agresoras que son posibles de identificar, la expareja ocupó el primer lugar.
“Necesitamos desmantelar los usos patriarcales de la tecnología para vivir libres en línea”, asevera Alicia Reynoso.
Comprueba si tu smartphone tiene stalkerware
1. Verifica los permisos de las aplicaciones instaladas: el stalkerware puede disfrazarse bajo una app falsa con acceso sospechoso a los mensajes, registros de llamadas, localización y otras actividades personales. Por ejemplo, una aplicación llamada “Wi-Fi”, con geolocalización, es un candidato sospechoso.
2. Analiza la configuración de “fuentes desconocidas” en los dispositivos Android. Si las “fuentes desconocidas” están activadas en el dispositivo, podría ser una señal de que se ha instalado un software no deseado por parte de un tercero.
3. Revisa el historial del navegador. Para descargar el stalkerware, el acosador tendrá que visitar algunas páginas web que el usuario afectado no conoce. También es posible que no haya ningún historial si el acosador lo ha borrado.
4. Utiliza una protección de ciberseguridad en tu móvil. Hay herramientas como que protegen contra todo tipo de amenazas móviles, incluyendo el software espía, y realiza escaneos periódicos del dispositivo.
Haz lo siguiente si encontraste stalkerware en tu dispositivo:
- No te apresures a desinstalarlo ya que el acosador lo sabrá y se debe considerar que esa persona puede ser un riesgo potencial para la seguridad en muchos casos.
- Antes de eliminar el software, considera que conservar alguna evidencia del stalkerware para fines legales podría ser necesario.
- Contacta a las autoridades locales y organizaciones que apoyan a las víctimas de la violencia doméstica, para que te ayuden y planifiquen tu seguridad.
- Puedes encontrar una lista de organizaciones relevantes en varios países en https://stopstalkerware.org/es/.
Fuente: Kaspersky