Centro Histórico de Ciudad de México, una tarde cualquiera, de un fin de semana, en la avenida Juárez. Un niño toca un acordeón sentado en la acera mientras canta a todo pulmón una canción ranchera, frente a si un recipiente de plástico para recabar una que otra moneda.
– “Ándale canta más fuerte si no, no te van a dar dinero”, comenta una niña, que permanece a su lado.
Los hemos visto en las calles, tal vez pidiendo una moneda, comida, a veces en los brazos de mujeres -que son o no sus madres- o caminando cerca de algún adulto que permanece a la expectativa mientras venden alguna golosina o tocan algún instrumento musical: son menores en mendicidad.
Monserrat Galicia, coordinadora del programa del área de Innovación e Iniciativas de la asociación civil, “El Pozo de Vida”, define este fenómeno, aquel en la que un menor se encuentra en situaciones de vulnerabilidad y se ve obligado por su contexto social a solicitar dinero, favores o comida en vía o espacios públicos.
A pesar de que su andar es algo común en las avenidas de la capital mexicana, la especialista detalla que no existen datos certeros sobre la cantidad de menores en esta condición, pues hasta el momento no se ha realizado ningún estudio formal en la materia, el más reciente, apunta, data del siglo pasado, en 1930.
Once Noticias solicitó información a la Comisión de Derechos Humanos de Ciudad de México sobre este tema, pero la oficina de Comunicación Social indicó que no contaba con algún estudio o información reciente sobre menores en esta situación.
“Los números son inciertos. Sinceramente, no existe una cifra real porque no hay investigaciones que están abocadas al tema de manera correcta. Aparte es un tema que normalmente es difícil de abordar, el último estudio registrado por parte del Gobierno, por parte de una instancia gubernamental, data de los años 30”, indicó Monserrat Galicia.
Las organizaciones como “El Pozo de Vida” estiman que nueve de cada diez niñas y niños de origen indígena que viven en Ciudad de México permanecen en situaciones de mendicidad.
“Podemos hablar de 20 millones de niños y niñas en situación de pobreza, y eso los hace vulnerables a caer en la mendicidad”, señaló Monserrat Galicia.
Y es que los datos son inciertos, pues el tema de la mendicidad se pierde en los conceptos más amplios como el trabajo infantil, la explotación laboral y niños, niñas y adolescentes en situación de calle. No existen cifras actualizadas ni estadísticas concretas para dimensionar la mendicidad infantil ni su magnitud ni la demografía en la Ciudad de México.
Esta carencia de información, sostiene el Informe del estudio piloto sobre el fenómeno de la mendicidad infantil en Ciudad de México, dificulta los procesos de intervención social y el desarrollo de políticas públicas en la materia y con ello se permite que se siga normalizando la condición de vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes en situación de mendicidad.
Un informe difundido por esta asociación señala que de acuerdo con datos de la Unicef, tres millones de niños en Latinoamérica corren el riesgo de caer en trabajo infantil o mendicidad.
A decir de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de este modo se expone a los niños, niñas y adolescentes (NNA) a riesgos que atentan contra su bienestar físico y emocional, tales como asaltos y robo, la violencia, los introduce al consumo de drogas y alcohol, delincuencia, acoso sexual, riesgo de ser raptados, llegando incluso a la explotación sexual y la trata de personas.
De acuerdo con el informe presentado por “El Pozo de Vida” señala que en Ciudad de México, se ha determinado que 11% de los casos de trata de personas detectados fueron por explotación mediante la mendicidad forzada; además en 2019, las cifras estadísticas presentadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que en la capital mexicana, en 2019, 3.3 millones de niños y niñas estaban ocupados en alguna forma de trabajo prohibido, sin acotar la mendicidad infantil.
Asimismo, de acuerdo con los censos institucionales del DIF, el Gobierno de Ciudad de México y la UNICEF se ha podido registrar que 14 mil 322 infantes que vivían en la calle, 10% al menos, mil 432 se dedicaban a la mendicidad y otros 10% a limpiar parabrisas, todo ello en el año 2000.
Para la especialista, Monserrat Galicia, existe una línea muy delgada para discernir la trata de personas de la mendicidad infantil, pero de acuerdo con cálculos de la organización, 65% de los niños que permanecen en esta condición pueden ser víctimas del delito de trata de personas.
Por ello llamaron a las autoridades del Congreso de Ciudad de México a crear leyes para tipificar la mendicidad infantil y procesar de manera adecuada a quienes se aprovechan de ella.