Lucía Elisa Villarreal estudiaba física en la UNAM, pero la falta de oportunidades y accesibilidad para personas que sufren hipoacusia (sordera o deficiencia auditiva), su padecimiento, frenó su carrera.
Artesana, ilustradora y madre, Elisa no se detiene, y a pesar de sufrir discriminación siempre busca ir adelante y quiere que su historia tenga un impacto en las personas, pues trabaja como activista para lograr inclusión de las personas con discapacidad auditiva.
Once Noticias platicó con ella a través de Whatsapp, una de las herramientas digitales que le ayudan a comunicarse con las personas, igual que Twitter, en donde publica su trabajo e impulsa la equidad para las personas con discapacidad.
Ellie, como le gusta que la llamen, platicó cómo su primera dificultad fue desde los 23 años cuando se agravó la sordera por medicamentos, y se enfrentó a no poder conseguir empleo pues no la aceptaron en varios empleos por su deficiencia auditiva.
¿A qué te has enfrentado a lo largo de tu vida?
Conseguí un auditivo de juguete para poder trabajar un tiempo, pero sin trabajo, sin dinero no pude costear un auditivo, con el tiempo amigos míos me ayudaron a comprarlo. Trabajé en un hospital y los clientes me discriminaban por no oír, algunos decían que no debía existir gente como nosotros.
Un día fui a la Biblioteca Vasconcelos y los policías me sacaron porque no podía oír y había un acompañante que me hablaba fuerte. Ir a comprar comida, ir al supermercado, hacer trámites, la gente se molesta mucho, dependo de otras personas, me deprimí mucho porque desde los 17 años mi madre al morir no quería dejarme sola por no poder ser independiente, mi madre era oyente, no pude involucrarme con gente sorda para hacer comunidad, así es que crecí casi aislada, no hablaba bien y se burlaban. Ha sido mucho trabajo el poder sobrevivir desde los 17 años por discriminación, por no oír.
Viviste un tema de discriminación con una institución bancaria, ¿qué pasó?
Llamaron por teléfono para ofrecerme algo, pero le pedí a la señorita que aumentara la voz que me era muy difícil entender qué decía, le pase el teléfono a mi esposo que es oyente y le decían algo y vi en su cara que se encontraba enojado. Le dijeron que yo a fuerza tenía que contestar, pero les dijo que no podía porque casi no oigo. Esto mismo pasó en la clínica de mama de Coacalco, igual no dejaban que me acompañara mi esposo y que yo tenía que entrar sola, pero es difícil para mí porque casi no escucho.
Ellie, ¿cuál es tu condición con la discapacidad auditiva?
Tengo 90% de pérdida auditiva y va llegar el punto dónde ya no podré oír nada.
¿Cómo consideras que es la situación actual sobre la integración de los discapacitados a la sociedad mexicana?
Es muy mala, no hay integración y hay mucho aislamiento. Todo el tiempo tengo ansiedad, no puedo socializar, los aparatos me ayudan un poco, pero no serán para siempre porque mi pérdida auditiva se debe a una enfermedad por alergia. Entonces será un silencio total, los aparatos cocleares no es buena opción, además que utilizarlos me provoca un dolor constante de cabeza. Los oyentes no aceptan a personas sordas porque no hay manera de comunicarse con nosotros.
Además que no todos los sordos saben leer, nacieron sordos y relacionan cosas con la mano. Su voz son sus manos, y hay sordos que ni eso pueden, conozco sordos que vienen de otros estados porque no hay escuelas para ellos y es muy injusto que no hay escuelas primarias, secundarias o preparatorias en otros estados y tengan que viajar para poder asistir a la escuela.
Ellie crea ajolotes artesanales ¿Qué tienen que ver los ajolotes en tu vida?
Los ajolotes me gustaron porque la gente les hace feo, pero para mí son bonitos. Supongo que los discriminaban como a mí me discriminaban y sentía que eran aliados.
Para mi los ajolotes son como el fénix, se regeneran y así toda mi vida me he regenerado porque crecí sin mi mamá y perdí a mis hermanas por el cáncer, mi hermano varón tiene cáncer de mama. Desde los 17 años tuve que ser independiente.
¿Cómo es que tus ajolotes han trascendido fronteras?
En 2019 los niños de las olimpiadas de matemáticas que representaron a México necesitaban apoyos y Guillermo del Toro ayudó. Yo ayude patrocinando la mascota y obsequios que dieron en Sudáfrica. Para 2022 hice lo mismo, el primero lo llamaron Axolotl I, las niñas de Nepal querían uno pero no les pude dar muchos obsequios.
El Axolotl II acompañó al mexicano Daniel Ochoa en las olimpiadas de matemáticas en Oslo, Noruega, en julio pasado, quien se convirtió en el campeón de medalla de plata para México.
Siento que parte de mis raíces mexicanas, mi creatividad, mis ganas de querer sobresalir a pesar de mi discapacidad no significa que sea limitante, Axolotl sobrepasó fronteras y me hace sentir que a pesar de mi discapacidad soy igual a los demás.
Puedes seguir a Ellie en Twitter, TikTok e Instagram como @Astraxolotlgirl y sus artesanías con la cuenta @xolotlshop.