Grisell Pérez Rivera perdió contacto con su familia el 13 de marzo del año 2021.
Mi hija es abogada y tiene su asociación llamada la “Cabaña de la sabiduría”, también permaneció en un plantón desde 2019 frente al Palacio Nacional exigiendo que la Presidencia atendiera a las víctimas de personas desaparecidas y feminicidios junto con sus familias, sin embargo, ningún funcionario le atendió personalmente”, explicó Concepción Rivera, madre de Grisell.
Grisell también era conocida en las colonias populares y en los lugares donde se concentra la población callejera pues les brindaba apoyo y alimentos en el refugio “Casa de la Sabiduría”.
Si alguien necesitaba asesoría o acompañamiento legal, le brindaba el servicio sin pedir remuneración alguna, en ese mismo espacio ella vivía y atendía los casos en los que litigaba.
La denuncia se levantó en el Estado de México, pero fue hasta un mes después, el 19 de abril cuando la fiscalía de esa entidad hizo la primera diligencia en el predio donde ella vivía.
Al llegar se encontraron con la sorpresa que el refugio había sido demolido y sobre los escombros colocaron toneladas de tierra como enterrando toda la propiedad y las pertenencias de Grisell Pérez.
En esa primera acción legal que se hizo el 19 de abril encontraron sus expedientes, su ropa y todas sus cosas bajo varios metros de tierra, sin embargo, no existe una sola pista sobre qué le pudo ocurrir.
Las hipótesis oficiales apuntan a que la joven abogada y activista podría estar en situación de calle, sin embargo, esa es la única línea de investigación que esta autoridad sugiere a todos los familiares de personas desaparecidas en Ciudad de México.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en México condenó, el 4 de mayo, la desaparición de la defensora de derechos humanos Grisell Pérez Rivera y llamó a las autoridades mexicanas a realizar una investigación urgente de los hechos para lograr una búsqueda y localización de la activista.
En México, las defensoras de derechos humanos enfrentan violencia por parte de diferentes actores, incluidos ciertos servidores públicos, y ésta se ve agravada por la discriminación estructural por motivos de género. Es esencial que la búsqueda de la defensora y la investigación de su desaparición incorpore la perspectiva de género”, señaló Guillermo Fernández, representante de ONU-DDHH en México.
En ese pronunciamiento la ONU urgió a las autoridades mexicanas a garantizar la seguridad y el acceso a la información. También recomendaron que en las líneas de investigación se contemple las actividades de defensa de los derechos humanos que Grisell realizaba.
Y concluyeron remarcando que la impunidad en los crímenes contra defensores de derechos humanos es una de las causas que agravan la vulnerabilidad que enfrenta México en su historia actual.