El Instituto Nacional de Geriatría, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Secretaría de Salud capitalina, puso en práctica un plan piloto con la finalidad de empoderar a las y los adultos mayores en el cuidado integral de su salud física y mental.
El plan piloto se realiza en las alcaldías Iztacalco, Álvaro Obregón y Tlalpan de Ciudad de México.
En el marco del Día Nacional de las Personas Adultas Mayores este 28 de agosto, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, director del Instituto Nacional de Geriatría, indicó que en México existen entre 13 y 14 millones de personas mayores de 60 años, de los cuales uno de cada 10 es dependiente de cuidados, tres de cada 10 requieren ayuda parcial y seis son independientes.
Asimismo, destacó que hoy la esperanza de vida es de 80 años, por lo que es indispensable crear conciencia sobre la necesidad del cuidado de la salud mental y física.
Además, resaltó la importancia de eliminar la discriminación por edad en el área de la salud y promover la participación social de quienes se encuentran en ese grupo poblacional.
Gutiérrez Robledo agregó que la salud mental es pieza clave en la funcionalidad de las personas, por ello, es importante crear una red de interacción social que involucre familia, amigas, amigos y sociedad. Mientras más rica sea la intercomunicación existe menor riesgo de deterioro.
Resultados de las Encuestas Nacionales de discriminación señalan que las personas adultas mayores se sienten segregadas, principalmente al interior de los servicios de salud.
Atención Integrada y Centrada en la Persona para el nuevo envejecimiento
A nivel mundial, se experimenta un aumento progresivo de personas adultas mayores, que se conoce como envejecimiento demográfico, el cual es ocasionado por una disminución de la mortalidad y fecundidad.
Actualmente, las personas viven más tiempo, pero esto no quiere decir que lo hagan en las mejores condiciones. Existen diversos factores que perjudican el proceso de envejecimiento de las personas afectando su salud y calidad de vida.
Tradicionalmente, la atención a la salud se ha centrado en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, sin considerar las diferentes necesidades y la participación de las personas en el proceso de atención.
Ante este contexto, la Organización Mundial de la Salud en 2015 estableció a nivel mundial el compromiso para promover un envejecimiento saludable y en el 2020 se declaró la “Década del envejecimiento saludable 2020-2030”, en la cual se propone garantizar que todas las personas puedan vivir con dignidad e igualdad y en un entorno saludable.
Para garantizar un envejecimiento saludable, más allá de una atención centrada en un diagnóstico y tratamiento de enfermedades, se propone que los servicios de atención a la salud brinden una atención integrada centrada en la persona, que responda a las necesidades particulares de las personas adultas mayores.
La atención integrada se refiere a los servicios gestionados y brindados a personas, para recibir servicios asistenciales sin interrupción de promoción de la salud, prevención de enfermedades, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación, cuidados paliativos y atención al final de la vida en los diferentes niveles y centros del sector de la salud, considerando las necesidades a lo largo del curso de vida.
En los servicios de atención integrada, para atender las necesidades y preferencias de las personas, así como considerar su participación, de la familia y la comunidad, es importante que se lleve a cabo una atención centrada en la persona, la cual, se define como “una atención holística y personalizada que se sustenta en las relaciones de colaboración entre el personal de salud, la persona mayor, la familia y los amigos que la apoyan”.
Las principales características de la atención integrada y centrada en la persona son:
- Parte del reconocimiento de la dignidad de todo ser humano.
- Pone énfasis en las necesidades, los valores y las preferencias de las personas.
- Promueve un acceso a servicios de salud en condiciones de igualdad y sin discriminación.
- Fomenta un cambio de paradigma en la forma en que se financian, gestionan y prestan los servicios para que el acceso sea universal y acorde con las necesidades y preferencias de las personas.
La atención integrada y centrada en la persona hace valer de manera efectiva los derechos de las personas mayores para garantizar su salud y el bienestar integral.
Dentro de los derechos para garantizar una vejez digna y saludable, se ubican los derechos:
- A una vida digna y libre de violencia.
- Atención de calidad.
- A la salud y el cuidado, estipulado en la Ley General de la Salud y en la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores.
Principios de la atención centrada en la persona
La atención centrada en la persona está orientada por siete principios necesarios para llevar a cabo su planeación e intervención. Estos principios son:
Es importante, considerar estos principios en la planificación de los servicios y en las intervenciones de atención, para promover y proteger los derechos de las personas, y así contribuir a mejorar su calidad de vida y bienestar a medida que envejecen.