El canciller alemán Olaf Scholz reiteró su apoyo a la construcción de un gasoducto a través de los Pirineos para mejorar las interconexiones de la red gasífera europea, en plena crisis energética por la invasión rusa de Ucrania.
“Quiero subrayar que apoyo rotundamente esta conexión. Ese gasoducto podría mejorar actualmente las interconexiones de la red gasífera europea y, a largo plazo, se trataría también de utilizar todo el hidrógeno verde en Europa, detalló Scholz en una conferencia de prensa con a su homólogo español Pedro Sánchez en Meseberg, al norte de Berlín.
El proyecto, bautizado Midcat permitiría a España y a Portugal, transportar gas, en forma de GNL procedente de Estados Unidos o Catar, a Europa central, a través de Francia. El proyecto, lanzado en 2013, fue abandonado en 2019 debido a su impacto medioambiental y su escaso interés económico.
Sin embargo, la guerra en Ucrania y las amenazas rusas de interrumpir el suministro de gas a la Unión Europea (UE) volvieron a poner el proyecto sobre la mesa.
“Las interconexiones energéticas de la península ibérica con el mercado europeo están por debajo del 3%, lejos de los compromisos que asumimos con la Comisión Europea, con Portugal y Francia”, dijo Sánchez.
Por su parte, Francia, que se ha opuesto hasta ahora al proyecto de un nuevo gasoducto con España, va a examinar esa posibilidad porque se lo piden el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz
El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire dijo que “desde el momento en que el presidente del Gobierno español y el canciller alemán lo piden, desde que los amigos lo piden, examinamos la demanda de nuestros amigos, de nuestros socios“.
Asimismo, el Ministerio francés de la Transición Energética señaló que hace dos semanas sus fuertes reticencias a este nuevo gasoducto, a pesar de las declaraciones de varios responsables europeos a favor de la infraestructura en el contexto de la situación de precios de la energía históricamente altos debido a la invasión rusa de Ucrania.
Unos 370 millones de euros es el precio de la parte española de un gasoducto que se puso sobre la mesa en el 2015 para conectar España -y transportar el gas argelino- con el resto de la UE a través de Francia.
En 2019 el regulador galo paralizó el proyecto y París se negó. En la hoja de ruta la previsión era que estuviera finalizado en 2022. La capacidad, si se suman gas e hidrógeno verde, sería de 7 mil millones de metros cúbicos. Moncloa, eso sí, exige que esté financiado por la UE, y puede estarlo a través de los IPCI (proyectos importantes de interés común europeo).