Cuando parecía que España tomaba impulso hacia una recuperación, gracias al buen ritmo de la vacunación, llegó un nuevo revés: con los contagios desbocados entre los jóvenes, regiones como Cataluña solicitaron reinstaurar el toque de queda para doblegar la quinta ola de la pandemia.
La situación es muy delicada, extremadamente frágil”, admitió el presidente regional catalán, Pere Aragonès, al anunciar este miércoles que su gobierno pidió el aval de la Justicia para que Barcelona y otras 157 localidades reinstauren el “confinamiento nocturno” entre la 1 y las 6 de la mañana a partir del fin de semana y durante al menos siete días.
De conseguir el permiso, la región seguiría los pasos de la vecina Comunidad Valenciana, que ya obtuvo el visto bueno para recuperar esta medida que rigió en casi todo el país hasta comienzos de mayo.
Otras como Cantabria aguardan la decisión, mientras que los tribunales de Canarias denegaron la solicitud del ejecutivo insular.
Las nuevas medidas aceleran la marcha atrás iniciada la semana pasada en Cataluña, cuando su gobierno decretó el cierre del ocio nocturno en los espacios interiores, alarmado por la explosión de contagios que siguió a la tradicional verbena de San Juan y a la reapertura de su agitada vida nocturna a finales de junio.
El lunes llegaron aún más restricciones: todas las actividades debían concluir a las 00:30 horas, adiós a los conciertos de pie y a las reuniones de más de diez personas.
Al repunte de contagios contribuye la variante Delta, que suma de momento entre un 15 y un 20% de los contagios a nivel nacional y se prevé siga extendiéndose”, apuntó la ministra de Sanidad, Carolina Darias.