“Hoy no existen los derechos humanos en Afganistán”, sentenció la afgana Mahbuba Seraj en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra.
La periodista y activista dijo que estaba “enferma y cansada” de alertar sobre la situación cada vez peor de los derechos de mujeres y niñas, especialmente en Afganistán y no recibir ninguna respuesta.
Desde su regreso al poder, en agosto de 2021, los talibanes han impuesto severas restricciones a las niñas y las mujeres para que se ajusten a su visión ultrarigorista del islam, alejándolas así de la vida pública.
Los islamistas radicales prohibieron la enseñanza secundaria para las niñas en la mayoría de provincias y vetaron a las mujeres de muchos empleos gubernamentales. También ordenaron a las mujeres cubrirse totalmente en público, idealmente con una burka, el velo integral.
“Las mujeres de Afganistán están ahora a merced de un grupo que es intrínsecamente anti-mujer y no reconoce a las mujeres como seres humanos”, añadió Razia Sayad, abogada afgana y excomisionada de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán.
Saraj insistió en que “las mujeres de ese país no existimos (…) estamos borradas”. El debate del Consejo estaba específicamente centrado en los derechos de mujeres y niñas en Afganistán.
Para mejorar la situación, Saraj pidió a la agencia de derechos humanos de la ONU actuar.
“Les ruego a todos: ¡Por favor, si este consejo tiene algo que hacer, háganlo!”, dijo.
Junto a otras mujeres, la activista sugirió al Consejo crear un grupo independiente de expertos para monitorear todos los atropellos cometidos y para eventualmente hacer rendir cuentas a los perpetradores.
El relator de la ONU para Afganistán, Richard Bennett, insistió también en la necesidad de reforzar la responsabilidad de los países y sugirió que la situación se podía describir como un “apartheid de género”.
Pocas horas antes, Bennett presentó su primer informe sobre la situación general de derechos humanos en el país y advirtió que los “afganos están atrapados en una crisis de derechos humanos que el mundo parece incapaz de abordar”.
Restricciones para niñas y mujeres
Desde que tomaron el poder en agosto de 2021, los talibanes impusieron severas restricciones a las niñas y las mujeres para que cumplan con su visión ultrarigorista del islam, alejándolas de la vida pública.
En marzo, ordenaron el cierre de todas las escuelas secundarias para niñas, pocas horas después de su reapertura por primera vez desde que regresaron al poder.
Desde entonces, los talibanes sostienen que la prohibición sólo está relacionada con un “problema técnico” y que las clases se reanudarán una vez que se haya definido un programa basado en los preceptos islámicos.
Sin embargo, algunas escuelas públicas siguieron funcionando en algunas partes del país, bajo la presión de los dirigentes comunitarios y las familias.
Periodistas afectadas
En marzo, los talibanes impiden que las niñas regresen a la escuela secundaria, después de la reapertura de las escuelas. En suma, las mujeres y niñas reciben órdenes de usar hijab y cubrir sus rostros en público. La policía religiosa dice que prefiere que las mujeres permanezcan en casa.
La medida afecta la situación de las periodistas, ya que 80% de ellas no ha podido regresar a ejercer su profesión, cuatro de cada cinco han sido despedida y los contenidos con género fueron cancelados porque los talibanes impiden la labor periodística, y solicitan que las periodistas sean reemplazadas o destituidos, denunció la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
RFS señaló que los talibanes comenzaron a acosar a las empresas de comunicación y a las mujeres cuando hacían coberturas o realizaban su trabajo, incluso algunas de ellas fueron agredidas, como la reportera de la agencia de noticias “Pajhwok”, Nahid Bashardost, quien fue golpeada por los talibanes cuando realizaba un reportaje cerca del aeropuerto de Kabul.
Asimismo, otro grupo de mujeres periodistas fue amenazado por negarse a cubrir ciertos acontecimientos.
En consecuencia, dijo RSF, de las 10 mil 790 personas que trabajaban en las redacciones afganas hasta agosto de 2021, de las cuales 2 mil 490 eran mujeres, sólo 410 periodistas mujeres están activas en algún medio de comunicación.