Con la presencia de la pandemia por COVID-19, ha cobrado relevancia la urgencia de atender las patologías relacionadas con los pulmones, uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo.
Pero, ¿Cómo protegerlos ante el asma y ante la reinfección por COVID-19? ¿Hay más riesgo de empeorar el cuadro típico de la enfermedad de origen? ¿Qué cuidados deben tener las personas a raíz de haber contraído la cepa?
Once Noticias conversó con Said Arablin Oropeza, médico alergólogo e inmunólogo pediatra, egresado de la Unidad de Investigación en Inmunodeficiencias del Instituto Nacional de Pediatría (INP), quien compartió algunas recomendaciones en el marco del Día del Pulmón, que se conmemora este 25 de septiembre.
El asma: patología que preocupa
Las enfermedades respiratorias más recurrentes del pulmón son: asma, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), neumonía, tuberculosis y cáncer.
En nuestro país, las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas ocupan el décimo lugar como una de las principales causas de muertes que ocurrieron entre enero y junio de 2021. Sólo en ese período se registraron 9 mil 152 muertes. En el año 2020, se registraron 12 mil 071 muertes por estas enfermedades.
En las mujeres, estas enfermedades, son la octava causa de muerte, mientras que en hombres ocupa el décimo lugar.
“En los dos últimos años, la atención médica se volcó en la atención de la pandemia; hubo un descuido no intencionado de enfermedades a nivel respiratorio, entre ellas, las cinco más importantes: asma, EPOC, cáncer pulmonar, la neumonía y la tuberculosis; entonces el enfoque este año del Día Mundial del Pulmón es cómo atender estas patologías, independientemente que haya pasado la pandemia o no”, explica Said Arablin Oropeza en entrevista.
De estas enfermedades resalta el asma, una de las patologías respiratorias más frecuentes a nivel mundial. De acuerdo con los propios datos del especialista, más de 350 millones de personas en el mundo padecen asma y la periodicidad estimada a nivel mundial, y nacional, es 1 de cada 10 personas tienen asma.
Por esa razón, considera que, cualquier paciente que haya tenido alguna enfermedad pulmonar asociada a COVID-19, no debe abandonar el tratamiento o manejo de base de su enfermedad.
“Independientemente de que hayan pasado por algún tipo de infección por COVID, leve o de gravedad; que hayan estado hospitalizados, más allá del tratamiento que se tiene que llevar por la parte postcovid y que hayan requerido algún tipo de terapia de rehabilitación pulmonar, si son asmáticos, no deben abandonar su tratamiento bajo ninguna circunstancia y seguir con sus medicamentos”.
El experto apunta que, tal vez, los pacientes se alejaron de sus médicos especialistas debido a los dos años de confinamiento, sin embargo, considera que es tiempo de regresar, para recibir atención médica oportuna y evitar complicaciones asociadas a la enfermedad de base.
Ayuda de las vacunas
Añade que la inoculación es una gran ventaja para toda la población, pero también para los pacientes con asma, dado que disminuye el porcentaje de gravedad en caso de contagiarse o recontagiarse por COVID-19.
“Afortunadamente las vacunas brindan a toda la población, especialmente a aquellas personas que tienen algún tipo de neumopatía, una protección importante para evitar tener formas graves de COVID-19. Si bien todos hemos recibido algunas vacunas y a la gran mayoría de nosotros también nos ha dado COVID, la vacuna impide que se presente una afectación pulmonar importante, más bien habrá un resfriado común”, dijo.
El alergólogo asegura que, en México, hay una frecuencia de 10% de la población que tiene algún tipo de asma y, dentro de ese porcentaje, entre 5% y 10% tienen la forma grave de esta enfermedad.
Eso incluye a aquellos pacientes que, a pesar de recibir un tratamiento con inhaladores, no terminan de curarse por completo. Esa parte de la población se considera con asma grave. No obstante, celebra que en la actualidad hay medicamentos en el mercado que pueden bloquear la inflamación (pulmonar o bronquial) de forma muy específica.
Por qué la intensidad y frecuencia varía con la edad
El médico subraya que hay ocasiones en que el asma se puede presentar en diversas etapas de la vida de una persona debido a dos factores: por un diagnóstico equivocado o por inmadurez del sistema inmunológico.
“He notado que los niños al llegar a los 5 o 6 años de edad, se dejan de enfermar, pero no están clasificados como asmáticos o probablemente tengan otro tipo de enfermedad; a veces síntomas como tos, que en ocasiones puede acompañarse del silbido del pecho, falta de aire y una sensación de opresión en el pecho, pueden confundirse con otras patologías”.
Aunque también interviene la inmadurez del sistema inmunológico, que provoca que exista la enfermedad y es relativamente frecuente. Una vez que la parte inmunológica madura, ya no hay tantas infecciones o inflamación.
“El hecho de exponerse a veces a diversos factores ambientales o de algún tipo de agente en el trabajo hace que se reactive o exacerbe el asma, es decir, es heterogéneo. Por eso algunos pacientes están bien algunos años de su vida y pueden recaer en otro momento. Lo que sí es un hecho es que en el caso de asma no podemos hablar de curación, pero sí de control. La mayoría se pueden controlar de forma adecuada”, finaliza
La Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT), cuya sede está en Montevideo, Uruguay, recomienda que se debe reducir el consumo de tabaco, controlar el aire no saludable en los lugares de trabajo y fortalecer los programas de inmunización. Esos son los pasos más importantes para frenar los problemas de pulmón, aseguró también el especialista.