Investigadores encuentran agua con CO2 en muestras de asteroide Ryugu
El estudio publicado en Science ofrece los resultados del examen de 17 granos individuales traídos a la Tierra por la nave espacial japonesa Hayabusa 2
Un equipo que investiga las muestras del remoto asteroide Ryugu encontró agua carbonatada con sales y materia orgánica en su interior.
El estudio publicado en Science ofrece los resultados del examen de 17 granos individuales traídos a la Tierra por la nave espacial japonesa Hayabusa 2.
El primer análisis de muestras del asteroide incluye agua con CO2 en un cristal de sulfuro de hierro y níquel, lo que indica que el cuerpo principal se formó en el Sistema Solar exterior.
La misión tomó muestras de la superficie dos veces: una el 21 de febrero de 2019 y nuevamente el 11 de julio de 2019. La primera tomó muestras de la superficie intacta, la segunda tomó muestras del regolito excavado por el impacto artificial creado anteriormente durante la misión.
El estudio
Este estudio examinó granos de ambos sitios de muestra, proporcionando muestras que realmente pueden brindar información sobre la evolución de Ryugu.
Además, las muestras de polvo de grano más fino de menos de 1 milímetro de tamaño de ambas cámaras de recolección de muestras se examinaron utilizando técnicas de espectroscopia de reflectancia.
“El objetivo de estos estudios iniciales es comprender y caracterizar la historia de formación de Ryugu. Si bien los datos orbitales identificaron la presencia de filosilicatos, fue el análisis de las muestras lo que nos brindó información sobre la composición mineral detallada y las propiedades físicas de los granos de regolito”, dijo Deborah Domingue, científica del PSI (Planetary Science Institute) y autora del estudio.
El artículo discute que las simulaciones numéricas basadas en estos resultados muestran que el cuerpo padre de Ryugu se formó aproximadamente 2 millones de años después del nacimiento de nuestro Sistema Solar, en el Sistema Solar exterior.
La mineralogía y la petrología de las muestras indican que el cuerpo original se formó en la región del Sistema Solar primitivo donde el agua y el dióxido de carbono (CO2) existían como sólidos, más de tres o cuatro veces la distancia entre el Sol y la Tierra, posiblemente incluso más allá de la órbita de Júpiter.
Esto fue seguido por una dispersión hacia el interior del cinturón de asteroides principal, a la posición orbital actual de las familias de asteroides Polana y Eulalia, que están a unas 2.5 veces la distancia entre el Sol y la Tierra.
Las familias de asteroides Polana y Eulalia son las posibles familias progenitoras de Ryugu basado en cálculos dinámicos orbitales del origen de Ryugu.
La composición de Ryugu, mineralógica y química, indica que se formó a partir de fragmentos de múltiples profundidades dentro de su cuerpo principal.
El informe se publica con motivo del primer aniversario del inicio del estudio de las muestras recogidas por la sonda espacial japonesa Hayabusa2 en una misión pionera y sus resultados apoyarían la hipótesis que sostiene que el agua y la materia orgánica llegaron a la Tierra a través de asteroides y otros cuerpos, según el equipo.
Teorías sobre aparición de la vida en la Tierra
Existen varias teorías sobre la aparición de la vida en la Tierra. Unas señalan que surgió poco a poco a partir de moléculas inorgánicas que dieron paso a compuestos orgánicos como los aminoácidos, mientras que otras plantean la hipótesis de que los compuestos orgánicos podrían haber llegado en meteoritos.
Los equipos investigadores, divididos en seis grupos y dos institutos de conservación repartidos por todo el mundo, también llevaron a cabo análisis de dureza, conductividad térmica y magnetismo de las 17 partículas traídas desde Ryugu y a través de cuyos resultados hicieron una simulación de su formación.
Hayabusa2, lanzada en 2014, hizo contacto dos veces con la superficie de Ryugu en 2019 para recoger las muestras en una compleja e histórica operación y, tras un viaje de seis años y 5 mil 200 millones de kilómetros, las dejó caer en un contenedor sobre Australia el 6 de diciembre de 2020.