
El Parlamento Europeo (PE) dio este martes la luz verde definitiva a que el cargador de tipo USB-C sea el modelo único para todos los dispositivos electrónicos en la Unión Europea (UE) a partir del otoño de 2024, poniendo así punto y final a una batalla política de más de una década en Bruselas para reducir la basura electrónica que generaba la falta de armonización.
Por 602 votos a favor, 13 en contra y ocho abstenciones, los eurodiputados dieron luz verde al acuerdo cerrado en junio para unificar el uso del USB-C en teléfonos móviles, tabletas, libros electrónicos, cámaras digitales, videoconsolas y auriculares, algo que será obligatorio dos años después de que se adopte esta legislación en productos comercializados a partir de esa fecha.
El actual sistema, en el que compartían espacio el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning (exclusivo de Apple) gracias a un acuerdo voluntario de 2009, contribuía aún a generar hasta 11 mil toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea.
La nueva normativa pretende atajar esta cifra permitiendo a los consumidores comprar nuevos dispositivos electrónicos sin tener que adquirir un cargador adicional (lo cual ahorrará a los ciudadanos hasta 250 millones de euros anuales en cargadores innecesarios) e iguala también la velocidad para los dispositivos que permiten la carga rápida, sin importar el cargador que se esté usando.
¿Qué dispositivos incluirá la norma?
Apple es el fabricante más grande que utiliza un puerto de carga exclusivo, llamado Lightning, para algunos de sus dispositivos, como el iPhone.
Los dispositivos Android, por su parte, en su mayoría usan puertos de carga USB-C y micro-USB, pero la nueva norma europea está pensada para incluir toda la “electrónica portátil pequeña y mediana”, lo cual incluye celulares, tabletas, auriculares, consolas de videojuegos portátiles y parlantes portables.
Cualquiera de estos que se cargue con un cable deberá tener un puerto USB tipo C, independientemente de quién fabrique los dispositivos.
Las computadoras portátiles también deberán cumplir con el fallo, pero los fabricantes tendrán 40 meses después de que entre en vigencia para realizar cambios.
“Ahorraría a los consumidores hasta 250 millones de euros al año en compras innecesarias de cargadores y reduciría 11 mil toneladas de residuos al año”, añadió la UE.
Apple se opone a la medida
Apple, junto con otros 10 grandes líderes tecnológicos como Nokia y Samsung, firmó un memorando de entendimiento en 2009.
En él, se comprometía a proporcionar a los consumidores cargadores compatibles con puertos micro-USB.
Sin embargo, la firma estadounidense aprovechó un vacío legal que le permitió continuar usando su propio cable cargador si ofrecía también un adaptador de micro-USB.
En 2014, la UE aprobó la “Directiva de equipos de radio”, que pedía un esfuerzo renovado para desarrollar un cargador común.
Apple insistió en que sus dispositivos más delgados no podrían adaptarse a la nueva tecnología USB-C. Según afirmó la empresa, cumplir con el estándar deseado le costaría hasta 2 mil millones de dólares