Los precios mundiales de los productos alimentarios siguieron bajando en septiembre, por sexto mes consecutivo, a causa del declive del coste de los aceites vegetales, que compensa un leve aumento del de los cereales, anunció este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice de la FAO de los precios de los alimentos, que sigue la variación de los precios internacionales de una canasta de productos básicos, bajó una vez más en septiembre tras el récord alcanzado en marzo, después de la invasión rusa de Ucrania.
El mes pasado, se redujo moderadamente: un 1.1% respecto a agosto. Se situó en 136.3 puntos, por lo que sigue estando alto, “un 5.5% por encima de su valor de hace un año”, indicó la organización.
El índice FAO de los precios de los aceites vegetales bajó 6.6% en un mes, “para alcanzar su nivel más bajo desde febrero de 2021”.
“Los precios internacionales de los aceites de palma, de soja, de girasol y de colza bajaron”, subrayó la FAO, a causa de las reservas abundantes de aceite de palma y de un aumento estacional de la producción en el sureste asiático.
Los precios internacionales del trigo subieron un 2.2% en un contexto de preocupación por la sequía en Estados Unidos y en Argentina, y por la incertidumbre de si el corredor marítimo que permite la exportación de granos desde Ucrania seguirá funcionando a partir de noviembre.
45 países necesitan ayuda externa para alimentos
45 países de todo el mundo, incluidos 33 en África, nueve en Asia, dos en América Latina y el Caribe y uno en Europa, necesitan asistencia externa para alimentos, según el último informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, una publicación trimestral, por el Sistema Mundial de Información y Alerta Temprana (SMIA) de la FAO”, señala el reporte de la FAO.
Las sequías de varios años han generado una grave situación de inseguridad alimentaria en el este de África, y se prevén hambrunas en partes de Somalia a menos que se aumente la asistencia humanitaria.
Las altas tasas de inflación, los entornos macroeconómicos desafiantes y la depreciación de las monedas están agravando las condiciones de inseguridad alimentaria en los países de bajos ingresos con déficit de alimentos, detalle el informe.
Finalmente, se pronostica que la producción de cereales en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) en 2022 disminuirá 0.4%a partir de 2021.