“La Resistencia” es un espacio cultural que nació hace tres meses con el interés de acuerpar las preocupaciones económicas de varias personas que están resistiendo a la pandemia, y también por su trayectoria de lucha y de resistencia. Es un lugar de solidaridad común que tiene un toque de humor y se encuentra en la calle de República de Cuba del Centro Histórico capitalino.
Dentro las instalaciones de “La Resistencia” existe una galería que en su primera exposición llamada “Grabar es resistir” muestra los grabados de “Huellas de la memoria”, un colectivo dedicado a luchar contra la desaparición forzada en México.
Alfredo López, fundador del colectivo “Huellas de la memoria” y también del espacio “La Resistencia” habló con Once Noticias sobre el lugar.
Nos ofrecieron el sitio y empezamos a pensar qué es lo que queríamos hacer con él. Siempre estuvo en el panorama el café y la galería y así fue como dimos pie al proyecto de “Café Latinoamericano”. En el proceso de construcción empezamos a ver que podíamos integrar varios proyectos más y por eso llegaron los compañeros de “Domingo artesanías” y “Enamórate de Ana”.
Mariana Nahon es parte de la comunidad “Domingo Artesanías”, donde artesanos organizados crearon un sistema económico parecido a la cooperativa, pero Mariana lo describió como comunitario, ya que el sistema va más allá de lo laboral y arropa las necesidades individuales para repartir el trabajo y sus responsabilidades atreves de las particularidades personales de los 52 artesanos que conforman está comunidad.
No es la repartición salomónica del trabajo sino las responsabilidades y habilidades personales. Sólo así podemos trabajar mejor. Sabemos que es lento, pero es la forma de mantenernos unidos”, explicó Mariana.
También mencionó que las artesanías se pueden entender como parte de la cosmovisión de comunidades específicas y sus individuos que la representan de diferentes maneras.
En todos esos trabajos lo que se lleva la gente es un pedazo de alma del artesano, de una forma de vida y de la cosmovisión que se sostiene con sus labores. Tenemos que desfolclorizar al artesano y valorarlo por la sabiduría y no por los colores y las formas bonitas”.
Al fondo del espacio están los productos de Ana Enamorado quien busca a su hijo migrante Óscar Antonio López Enamorado, quien desapareció el 19 de enero de 2010 en Jalisco.
Ella tuvo que salir de Honduras, igual que su hijo. Desde hace 11 años emprendió una búsqueda y lucha que apenas comienza a tener los primeros avances.
De un día para otro deje todo atrás para salir a buscar a mi hijo. Porque sin él no tengo nada en realidad. Llegar a un lugar ajeno, sin conocer a nadie y sin saber cómo empezar para encontrarlo, fue algo muy difícil”, comentó Ana.
Con los años se fue vinculando con organizaciones y poco a poco se fue formando como buscadora y defensora de derechos humanos de las familias y de los migrantes desaparecidos. Esta búsqueda se transformó en su modo de vida. Ningún trabajo acepta que ella pudiera ausentarse varios días para la búsqueda, o que de la nada saliera corriendo a la fiscalía o cualquier otra institución porque necesitaba hacer algún trámite urgente.
Así que, Ana fue creando bolsas con estampados referentes a la lucha y la búsqueda de los migrantes desaparecidos. Con el tiempo encontró una manera de vincularse con productores de semillas y diferentes productos totalmente orgánicos. La pandemia la sometió a otra forma de comercio y así fue que inició una página llamada “Enamórate de Ana” donde ofrece los alimentos que los pequeños productores entregan desde el interior del país. Tras la pandemia fue invitada para formar parte de “La Resistencia” y ahora su mercancía está a la venta en precios que no inflan el trabajo de los productores.
El último en hablar fue Vicente Galicia, él inicio el proyecto de “Café Latinoamericano”. Y explicó a Once Noticias que “la idea dar a conocer el café de los pequeños productores de la manera más sencilla y eso es atreves un vaso de café”.
Todo surge de la tesis de que la gente toma café americano de las tiendas de autoservicio, pero no consumen un buen café porque los precios están muy inflados y la proyección de los productores queda opacada detrás de la marca de los intermediarios. Así que el proyecto ofrece un espacio en el Centro Histórico de la ciudad más grande del país para que puedan mostrar su café de la forma más sencilla.
Tenemos una marca comunitaria donde toda la población de Tanetze de Zaragoza, Oaxaca, se dedica a la producción y de una parte de esa comunidad salen algunos colectivos que se encargan de tostar, despulpar y seleccionar el café para luego distribuirlos.
La idea es tener el café de productores pequeños que no puedan vender su mercancía en un circuito o en una tienda y que se pueda comprar al mismo precio que cuesta un vaso en los supermercados, pero con mayor calidad”, concluyó Vicente.
Todos los nombres de los proyectos tienen un sentido especifico el de “La Resistencia” es por el trabajo y la lucha de quienes han hecho funcionar ese espacio. “Enamórate de Ana” es para preservar la memoria y la lucha por localizar a su hijo y a los miles de migrantes desaparecidos en territorio mexicano. Y el “Café Latinoamericano” es para decir que el café americano (relacionado a los gringos) se produce en América latina.
El lugar ha logrado su reconocimiento y agenda cultural está llena hasta finales de este año, entre presentaciones de películas, libros, conciertos, exposiciones y demás. La idea es un espacio de encuentro solidario para hacerle frente a la pandemia, pero también para ofrecer un lugar de resistencia dentro del Centro Histórico.
Quienes integran el proyecto de alguna manera ya tienen un largo camino resistiendo, Ana combinando el proyecto productos orgánicos con el de grabado que sostiene la búsqueda de migrantes desaparecidos y atiende la búsqueda su hijo. El proyecto de “Huellas de la Memoria” con varios unos años luchando contra la desaparición forzada en el país. Mariana y su trabajo con los artesanos y el café latinoamericano que brinda un panorama distinto a los pequeños productores de café en México. No somos desconocidos y por eso se articuló rápido el proyecto. Pretendemos que sea un centro cultural para el encuentro de organizaciones sociales y también donde se presenten ideas con temáticas que manejamos aquí. Es un lugar de proyección a propuestas que no tiene cabida en algunos otros lugares, esa es la función del espacio”, concluyó Alfredo López, fundador de “La Resistencia”.