Miles de personas marcharon en París, Francia, en demanda de aumento de salario mínimo de mil 700 a 2 mil euros mensuales. Los sindicatos exigen que se incremente a la par de la inflación.
Los trabajadores del puerto de Le Havre al norte de Francia también se movilizaron. Exigen que la edad para jubilarse se mantenga a los 62 años y no a los 64, como pretende la reforma del presidente Emmanuel Macron.
“Para expresar mi consternación ante la sordera del gobierno, que no quiere oír que estamos en contra de la reforma de jubilaciones, que estamos a favor de aumentos salariales”, comentó Patricia, trabajadora en Le Havre.
Incrementos salariales
Francia se prepara ya hace unos días para vivir una jornada de huelga, sobre todo en los transportes, para reclamar incrementos salariales, en un contexto social tenso marcado principalmente por el paro en refinerías que provocó un desabastecimiento de combustible.
Convocados por cuatro sindicatos, el paro generalizado, servirá como indicador del margen de maniobra del presidente liberal Emmanuel Macron para aprobar su presupuesto para 2023 y su polémica reforma de las pensiones.
“Quiero que esto se solucione lo más rápido posible“, dijo Macron durante una visita al salón del automóvil de París.
Por su parte, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, elevó el tono en la cadena BFMTV, al estimar que el tiempo de la negociación terminó y llamó a “liberar” los depósitos y refinerías.
Trabajadores de Esso-ExxonMobil y TotalEnergies iniciaron en septiembre la huelga
Los trabajadores de Esso-ExxonMobil y TotalEnergies iniciaron a fines de septiembre una huelga para pedir un alza salarial, en un contexto de inflación (6.2% interanual en septiembre, según el índice armonizado europeo) y de “superbeneficios” de los gigantes energéticos.
Aunque los primeros suspendieron su acción tras un acuerdo con la empresa estadounidense, los empleados de TotalEnergies recondujeron este lunes su paro, que afecta a cuatro refinerías -una de ellas fuera de servicio por razones técnicas- y cinco depósitos.
Los huelguistas consideran insuficiente el alza de 7% del sueldo en 2023, acompañada de 3 mil a 6 mil euros de primas (2 mil 925 a 5 mil 850 dólares), que la empresa francesa y los sindicatos CFDT y CFE-CGC (56% de representación) pactaron.
El ejecutivo se encuentra bajo presión. Con casi un tercio de gasolineras afectadas (28.1%), la escasez provoca problemas para acudir al trabajo, preocupación sobre la cosecha en las zonas rurales y anulaciones de viajes y estancias para el inminente período de vacaciones de otoño.
Para paliar el desabastecimiento, el Gobierno anunció la requisa del personal de un segundo depósito de TotalEnergies.
Reivindicaciones son sectoriales
Aunque las reivindicaciones son sectoriales, el eco de sus reclamos resuenan en Francia. Miles de personas hace unos días participaron en una marcha “contra la vida cara”, convocada por la oposición de izquierdas.
“Vamos a tener una semana como no se ve muy a menudo”, dijo el líder del partido de izquierda radical, La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, viendo la marcha como un preludio del paro generalizado convocado el martes por cuatro sindicatos, entre ellos la CGT.
Salvo los de alta velocidad, la mitad de los trenes se verán afectados, anunció la compañía SNCF. En la región de París, algunas líneas de cercanías, como la que conecta la capital con el Aeropuerto Charles de Gaulle, se verán perturbadas, así como los autobuses urbanos, anunció la empresa RATP. El Metro circulará con casi normalidad.
Esta movilización se produce cuando el Gobierno debe decidir si recurre a un controvertido mecanismo parlamentario, conocido como 49.3, que le permitiría aprobar sin someter a votación su presupuesto de 2023, actualmente debatido en la Asamblea Nacional.
Macron, presidente “autoritario”
Macron, que perdió en junio la mayoría absoluta en la Cámara Baja, corre el riesgo de reforzar su imagen de presidente “autoritario”, si recurre a este método, que el Gobierno también podría aplicar para sacar adelante su reforma de las pensiones.
El dirigente liberal advirtió incluso, de boca de su ministro de Trabajo, que disolverá la Asamblea si los diputados no aprueban el retraso de la jubilación de 62 a 65 años. El proyecto de ley podría llegar a inicios de 2023, dijo en la cadena Public Sénat el ministro de Relaciones con el Parlamento, Franck Riester.
El primer intento de aprobar esta medida se saldó en 2019 y 2020 con protestas masivas en Francia y el rechazo frontal de los sindicatos, a los que se suma ahora también la oposición de los diputados de izquierdas y de extrema derecha