Es tierra de artesanos que en esta época del año obsequian a México y al mundo su creatividad y pasión. Producen millones de esferas y adornos de múltiples formas y coloridos que simbolizan prosperidad, esperanza, abundancia y alegría que trae la Navidad.
“Son más de 400 talleres en Chignahuapan, como tal Chignahuapan es un mundo de esferas, por eso, parte de los significados de Chignahuapan, son tres, entre ellos, el lugar de la eterna Navidad, por los artesanos, precisamente, todo el año están produciendo”, dijo Fernando López, anfitrión del Castillo de la Esfera.
En este Pueblo Mágico de Puebla, la circunferencia de la esfera rompe toda regla geométrica, con el modelado del vidrio a golpe de la flama del soplete.
“Este es el proceso del globeo, aquí le damos forma a través de un tubo de vidrio neutro, le damos forma, bueno, dependiendo la figura que se requiera. Ahorita yo estoy pegando la hoja a una manzana”, explicó Luis Ribera, artesano.
Y agregó: “hay figuras que son un poquito más laboriosas o más tardadas, pero sí, la campana sea un poquito más complicada”.
Ya que toman su forma van al metalizado y, de ahí, a la capa de pintura.
“Me siento orgulloso de hacer colores. Haga de cuenta, son doce colores básicos y de esos colores básicos sacan treinta, veinticinco colores, haga de cuenta, el rosa, morado, lila, de todos los colores que yo quiera, el naranja”, mencionó Jaime Romero, artesano.
También comentó: “la gente viene y se lleva una alegría de aquí de nosotros como artesanos y fabricantes de esferas, es una alegría para todas las casas, vienen aquí a visitarnos, a decir lo bonito que hacemos aquí como artesanos, se llevan una expresión de nosotros y pues vienen acá a comprar su esfera. Y pues yo me siento bien porque es lo de mi trabajo”.
Sigue el decorado. Algunas con adhesivo y brillantina, otras, con pincel en mano.
“Las caritas de los Santas y todo eso es lo más bonito que se ha hecho, bueno, que yo he hecho. Algunas de óleo que hemos hecho son las más complicadas, es lo más padre que se hace”, enfatizó el artesano Orlando Reyes.
Y añadió: “también está lo de la Talavera, está muy bien, son novedades que se van sacando año con año”.
“Me recuerda a mi pueblo cada vez que veo un árbol arreglado con una esfera me representa mi pueblo, las manos de todas las gentes, no no más estas, sino los otros talleres que hacen para otros estados y me da como esa alegria de que nosotros contribuimos algo con toda la Navidad”, continuó Orlando.
Al final, el encasquillado y empacado.
Esta industria, 100% por ciento mexicana, que llega arrancar la sonrisa de un niño o hasta hacer recordar los ayeres de nuestra infancia, exporta sus productos por su calidad y arte.
“Canadá, Estados Unidos, por ejemplo, Los Ángeles, que son los principales, y parte de Sudamérica, yo creo que ya en todo el país, lo que es el continente americano, mejor dicho, está aceptando muy bien lo que es la esfera mexicana, ya la China la están haciendo a un lado”, indicó Fernando López, anfitrión del Castillo de la Esfera.