México negoció un salvoconducto para que la familia del expresidente de Perú, Pedro Castillo, refugiada en la Embajada mexicana en Lima, pudiera salir del país, informó esta semana el canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubon.
“Lo que se está negociando sería el salvoconducto para que, si desean salir, lo puedan hacer y venir a México”, dijo Ebrard durante la conferencia del Presidente, Andrés Manuel López Obrador el pasado martes 20 de septiembre.
Asimismo, confirmó que la familia del detenido exmandatario de izquierda -conformada por su esposa, la hermana menor de ésta y dos hijos- ya recibió asilo político de México.
Tras ser destituido por el Congreso, el pasado 7 de diciembre, Castillo solicitó formalmente asilo al Gobierno mexicano, a través de su abogado.
Por su parte, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien considera “ilegal” el arresto de Castillo, que intentó sin éxito refugiarse en la Embajada mexicana, manifestó el lunes que estaba dispuesto a recibir al expresidente, así como a su familia y a “todos los que se sientan perseguidos en Perú”.
Lilia Paredes, esposa del exgobernante, es investigada por la Fiscalía peruana como posible coordinadora de una presunta red de corrupción que supuestamente lideraba su esposo, pero esa investigación no impide el otorgamiento de asilo, aseguró el domingo pasado Dina Boluarte, sucesora de Castillo.
Casos de asilo en México
En México, ya ha existido otros casos recientes de asilados en nuestro país, uno de los más recientes fue el del ex presidente de Bolivia, Evo Morales, en 2019.
En aquella ocasión, el canciller mexicano dio a conocer que “el derecho internacional reconoce que un individuo puede solicitar a un Estado del que no es nacional, como consecuencia de situaciones que surjan en el Estado de su nacionalidad, el reconocimiento como asilado”.
“Bajo esa situación, México se ha caracterizado por su tradición en materia de protección a asilados a lo largo de su historia. Se ha mostrado como un Estado incluyente y solidario cuyas puertas han estado abiertas para quienes han tenido la necesidad de abandonar sus países”, señaló en ese entonces el canciller, con respecto al posicionamiento del Gobierno de México sobre otorgamiento de asilo a Evo Morales.
Asimismo, dijo que el otorgamiento de asilo es un derecho soberano del Estado Mexicano, que va acorde con sus principios normativos en política exterior de protección de los derechos humanos, de respeto a la autodeterminación dé los pueblos, de solución pacífica de controversias y de no intervención.
Ordenamientos jurídicos internacionales
También señaló que hay dos ordenamientos en el marco jurídico internacional sustentan el otorgamiento de asilo:
- La Convención sobre Asilo de La Habana de 1928
- La Convención sobre Asilo Diplomático firmado en Caracas en 1954
Además, que la legislación mexicana reconoce el otorgamiento del asilo político en su Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político de 2011.
El primer ordenamiento en materia de asilo data de 1853 cuando México y Colombia suscribieron un tratado de no extradición por delitos políticos.
Esto también tiene como base el Artículo 15 de nuestra Constitución, por lo que México ha concedido protección a personajes como Giuseppe Garibaldi, José Martí o Víctor Raúl Haya de la Torre.
Convención sobre asilo diplomático
Así, la convención sobre asilo diplomático fue firmada por México ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y establece que el asilo político podrá ser otorgado por delitos o motivos políticos.
La OEA destaca que “se entienden como casos de urgencia, la persecución de personas o multitudes que hayan escapado al control de las autoridades“.
“Se entienden como casos de urgencia, entre otros, aquellos en que el individuo sea perseguido por personas o multitudes que hayan escapado al control de las autoridades, o por las autoridades mismas, así como cuando se encuentre en peligro de ser privado de su vida o de su libertad por razones de persecución política y no pueda, sin riesgo, ponerse de otra manera en seguridad”, señala el Artículo Sexto de la convención firmada por México.
¿A quién se le otorga el asilo político?
De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) el asilo político se da a aquella persona que ha escapado de su país por razones políticas.
Además, se enfoca a proteger a aquellas personas que sufren persecución por raza, religión, nacionalidad o se encuentran en algún grupo social debido a sus opiniones políticas.
En México, existe la Ley Sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, la cual señala que “se trata de una protección que el Estado de México otorga a un extranjero que es perseguido por motivos o delitos de carácter político o por delitos del fuero común que tengan conexión con motivos políticos, cuya vida, libertad o seguridad se encuentra en peligro, el cual podrá ser solicitado por vía diplomática”.
Datos sobre refugiados políticos en México
México ha sido considerado un país con una larga tradición de asilo migratorio, debido a la visibilidad que ha tenido el hecho de haber otorgado protección a una cantidad significativa de personas que, por cuestiones políticas, económicas o sociales, se han visto forzados a dejar su país de origen.
Dentro de la documentación que resguarda el Archivo General de la Nación (AGN), se puede encontrar el registro de grandes personajes que en la primera mitad del siglo XX adoptaron a México como su segunda nación.
Desde el siglo XIX ,la política de México ha sido favorable a los movimientos de migración, sobre todo en el tema de los llamados refugiados políticos, con base en la Ley de Extranjeros y Naturalización de 1866. Ésta amparaba a los migrantes que ingresaban a México, cuyos registros solo eran simples listas de pasajeros con la fecha de ingreso al país.
Fichas migratorias
Así, para inicios del siglo XX, se promulgaron las primeras leyes de migración a partir de las cuales comenzaron los registros del ingreso de los extranjeros a través de fichas migratorias.
Estas contenían desde información general (nombre, nacionalidad, profesión u oficio y rasgos físicos), hasta asuntos relacionados con los motivos de la salida de su país de origen.
Estas fichas que forman los expedientes del Departamento de Migración concentran un censo y registro de extranjeros que se hacía bajo el reglamento interior de la Secretaría de Gobernación (Segob).
La función de censo y registro pasó a manos del Departamento de Demografía de la Dirección General de Población en 1938, con fundamento en el Artículo 15 Constitucional.
Con esto, se abrieron las puertas del país a reconocidos personajes.
Luis Buñuel
Entre los años 1939 y 1942, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, México dio asiló a más de 25 mil españoles que salieron de su país natal derivado de conflictos bélicos surgidos por la Guerra Civil Española y el Franquismo.
Entre ellos estaba director de cine Luis Buñuel, quien filmó más de 15 películas, entre ellas, “Los Olvidados” (1950), filme incluido como Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Buñuel tenía la condición de doble exiliado al tener prohibido el regreso a España hasta 1970 y ser persona non grata en Estados Unidos. Posteriormente, se nacionalizó como mexicano, condición que ostentó hasta su muerte en 1983.
Tina Modotti
La tarjeta migratoria de la fotógrafa italiana Tina Moddoti refiere que su entrada al país, por segunda vez, fue el 19 de marzo de 1939 en calidad de turista.
Dos días después cambió su situación a una de refugiada política, la cual le fue otorgada igualmente por el general Cárdenas, quien le anuló la condición de expulsada que le fue impuesta en 1930.
Su primera residencia en México había sido en 1923, periodo donde realizó la mayor parte de su obra y se desempeñó como revolucionaria, actividad que retomó en su regreso a México.
Tatsugoro Matsumoto
Considerado uno de los primeros migrantes japoneses en América Latina, Tatsugoro Matsumoto llegó a Perú en 1892 con la encomienda de diseñar un jardín japonés en ese país.
Años más tarde arribó a suelo mexicano en 1896, un año antes de la primera migración masiva de japoneses a Chiapas.
Matsumoto fue traído por un rico hacendado y rápidamente se colocó como uno de los jardineros más prestigiosos entre las clases altas y esferas políticas mexicanas.
Una de sus mayores aportaciones a la botánica mexicana fue introducir en Ciudad de México los árboles de jacaranda que había traído desde Brasil y reproducido con éxito en sus viveros.
Remedios Varo
El estallido de la Segunda Guerra Mundial y la expansión del nazismo en Europa, trajeron a la pintora Remedios Varo a refugiarse a suelo mexicano en 1941.
A través de la corriente artística conocida como el surrealismo fue que la española desarrolló sus principales obras en México y América Latina, participando en diversas exposiciones en diversas galerías de arte e instituciones mexicanas, como el Instituto Nacional de Cardiología donde retrató, a manera de homenaje, al médico mexicano Ignacio Chávez.
Remedios Varo siempre conservó su nacionalidad española y si bien tuvo contacto con artistas mexicanos como Diego Rivera, quien aparece en su ficha migratoria como referencia, la pintora estableció mejores nexos con otros intelectuales en la misma condición de exilio, en particular la con la también pintora británica Leonora Carrington.
Víctor Serge y Vladímir Kibálchich Rusakov
Estos dos personajes, padre e hijo, llegaron como exiliados políticos a México después de pasar por varios países como refugiados por sus ideas contrapuestas al régimen de Joseph Stalin.
Víctor Serge se desempeñó como escritor y activo participante del proceso revolucionario ruso con ideales socialistas.
Por su parte, Vladímir, mejor conocido como Vlady, destacó como pintor y a su llega a México se unió rápidamente al movimiento muralista, plasmando sus obras en instituciones como la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada o el Archivo General de la Nación el cual resguarda cuatro cuadros de gran formato.
Natalia Sedova de Trotsky
Uno de los casos más conocidos de asilo político en México es el ideólogo y revolucionario ruso, León Trotsky, exiliado de la antigua Unión Soviética, pero junto con él llegó también Natalia Sedova, quien fuera su esposa.
Natalia fue también una revolucionaria activa, escritora sobre cuestiones culturales en relación con la corriente marxista.
Sedova jamás fue exiliada, pero acompañó a su esposo cuando este fue expulsado de su país natal hasta llegar a México, donde permaneció todavía después de la muerte de su marido. Junto con Victor Serge publicó una biografía de Trotsky.