Este lunes, el presidente chino, Xi Jinping, instó a las autoridades a tomar medidas para “proteger eficazmente” las vidas de sus compatriotas frente al avance de COVID-19, en sus primeros comentarios públicos desde que Pekín relajó este mes las restricciones.
Tres años después de la aparición de los primeros casos de COVID-19 en la ciudad china de Wuhan (centro), el gigante asiático hace frente a un aumento explosivo del número de contagiados por el virus.
“Deberíamos lanzar una campaña sanitaria patriótica de manera más afinada, para fortalecer la prevención y el control de la epidemia y proteger eficazmente la vida, la seguridad y la salud de la gente”, dijo el mandatario chino, citado por el canal estatal CCTV.
Numerosos hospitales están saturados y las farmacias sufren escasez de medicamentos. Además, varios crematorios están recibiendo un elevado número de cuerpos para incinerar.
China solo reconoció oficialmente seis muertos por COVID-19 desde que se levantaron las restricciones.
Pero, según numerosos expertos, este balance sería muy inferior a la cifra real de fallecidos, en un país en que buena parte de las personas mayores no están vacunadas contra COVID-19.
China renuncia a sus estadísticas de COVID-19
China anunció el domingo que dejará de publicar sus estadísticas sobre COVID-19 que han sido criticadas por su desfase con la actual ola de la epidemia que golpea al país.
La Comisión Nacional de Salud de China, que ejerce como ministerio, dejará de notificar las cifras diarias de casos y de muertes vinculadas, como venía haciendo todos los días ante los medios de comunicación.
El ente no dio ninguna explicación, pero estas estadísticas ya no reflejaban la inédita ola de contagios que golpea a China desde que el pasado 7 de diciembre se relajaran las estrictas medidas sanitarias de la política “cero COVID”.
Antes, las pruebas PCR, que eran casi obligatorias, permitían seguir con fiabilidad la tendencia de la epidemia.
Ahora, las personas contagiadas se hacen pruebas en casa y habitualmente no reportan los resultados a las autoridades, lo que impide tener cifras fiables.
“A partir de hoy, ya no publicaremos los datos diarios sobre la epidemia”, indicó la Comisión Nacional de Salud.
El ente agregó que ahora el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicará informaciones sobre la epidemia, orientados a tener referencias y a la investigación, pero sin precisar qué datos ni la frecuencia de los recuentos.
“Estadísticas falsas”
Desde que se levantaron las restricciones, las autoridades chinas solo han notificado de manera oficial seis muertes por COVID-19.
Muchos crematorios informaron recientemente de una llegada inusualmente alta de cadáveres. Una situación que ha sido ignorada en gran medida por los medios chinos, pero que las autoridades han comenzado a mencionar.
La gran metrópoli de Cantón (sur), con una población de 19 millones de habitantes, anunció el aplazamiento para “después del 10 de enero” de las ceremonias funerarias.
Si se decide por parte de las familias no organizar una ceremonia de despedida, entonces el cuerpo podrá ser incinerado directamente como en tiempos normales precisó la autoridad de la ciudad en una nota publicada en la noche del sábado.
Una versión anterior del comunicado invocaba “un importante volumen de actividad reciente” para justificar la medida. Sin embargo, posteriormente, se retiró la mención, ya que las autoridades desean dar la imagen de una situación bajo control.
Numerosos hospitales se encuentran bajo presión frente al aumento de enfermos por COVID-19 y la escasez de medicamentos contra la fiebre.
Algunos Gobiernos locales comenzaron a presentar estimaciones de la amplitud de la epidemia.
Las autoridades sanitarias de Zhejiang (este), al sur de Shanghái, señalaron que el número de contagios diarios superaban ahora la barrera del millón en esta provincia, de unos 65 millones de personas.
En Qingdao, una ciudad de 10 millones de habitantes del este del país, se registraron medio millón de contagios diarios, según un encargado municipal de salud citado por la prensa oficial.
En Pekín, se notificaron el sábado “un gran número de personas contagiadas” y pidieron “hacer todo lo posible” para mejorar la situación y reducir la tasa de mortalidad.