Las incursiones de aviones militares chinos a la zona de defensa aérea de Taiwán casi se duplicaron en 2022, con un repunte en el uso de bombarderos y cazas mientras Pekín intensifica sus amenazas contra la isla.
Taiwán, de gobierno autónomo, vive bajo la amenaza de una invasión de China, cuyo gobierno asegura que la isla es parte de su territorio y ha prometido recuperarlo.
Las relaciones entre las dos partes han sido tensas bajo el mando del presidente chino Xi Jinping y se degradaron brutalmente en 2022.
Las fuerzas armadas chinas aumentaron sus incursiones y lanzaron las mayores maniobras militares en décadas para protestar por la visita en agosto de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi.
China envió mil 727 aviones a la zona de identificación aérea (ADIZ) taiwanesa en 2022, según una base de datos de AFP basada en actualizaciones diarias divulgadas por el ministerio de Defensa de Taipéi.
La cifra supera ampliamente las 960 incursiones de 2021 y las 380 de 2020.
Los vuelos de aviones caza pasaron de 538 en 2021 a 1.241 el año pasado, mientras la incursión de bombarderos H6, con capacidad nuclear, pasaron de 60 a 101.
El año pasado se dio también la primera incursión de drones, con 71 reportados por las fuerzas armadas taiwaneses después de la visita de Pelosi.
Analistas militares señalan que China ha utilizado las incursiones para sondear la defensa taiwanesa, agotar su vetusta fuerza aérea y expresar su molestia por el apoyo occidental a Taipéi.
“Quieren mostrar su determinación, su voluntad y presionar a Estados Unidos: no se acerquen mucho a las líneas rojas, no crucen las líneas rojas”, comentó a AFP Lee Hsi-min, exjefe del estado mayor conjunto taiwanés.
Ambigüedad estratégica
Washington reconoce a China diplomáticamente por encima de Taiwán, pero permanece como el principal aliado de Taipéi.
Rechaza cualquier cambio forzado la condición de Taiwán y tiene un mandato del Congreso para suplir a la isla con los medios requeridos para su defensa.
El apoyo a Taiwán es un tema de consenso bipartidista en Washington, donde crece el temor de que China recurra a la fuerza contra la isla, en especial después de la invasión rusa a Ucrania.
Washington mantiene una política de “ambigüedad estratégica” con Taiwán, bajo la cual no se compromete claramente a acudir en su defensa en caso de agresión.
Tal estrategia apunta a hacer que China piense en el costo de una invasión, y al mismo tiempo disuadir a Taiwán de declarar formalmente su independencia.
Pero el presidente estadounidense, Joe Biden, llegó a decir que tropas de su país apoyarían a Taiwán en caso de una invasión china, aunque la Casa Blanca dio marcha atrás a sus comentarios.
China ha empleado aviones militares para expresar su molestia ante hechos específicos.
Pekín envió 71 aviones militares el 25 de diciembre a realizar “ejercicios de ataque” en respuesta a lo que calificó como una “escalada de colusión y provocaciones” de Washington y Taipéi.
Ocurrió poco después de que Biden confirmara 10 mil millones de dólares en ayuda para Taiwán.
En agosto hubo un récord de 440 incursiones aéreas chinas, el mes en que Pelosi visitó Taiwán.
Táctica de presión
“Las salidas cada vez más frecuentes son preocupantes y obligan a la parte taiwanesa a estar en alerta perpetua para asegurar que el EPL (Ejército Popular de Liberación) no las utilice como cobertura para un ataque contra Taiwán”, comentó a AFP el analista político y militar J Michael Cole, basado en Taipéi.
Pero aclaró que el aumento de incursiones “no significa que (China) está lista para anticipar el uso de la fuerza contra Taiwán, al menos no en un escenario de invasión, que requeriría meses de movilización”.
La zona de identificación de defensa aérea es diferente del espacio aéreo de un país, e incluye una zona más amplia en la que los aviones que ingresan deben identificarse ante las autoridades aéreas locales.
Analistas consideran que la creciente entrada china a la ADIZ taiwanesa es parte de sus tácticas para mantener la presión sobre la isla.
China “está lanzando una guerra de desgaste contra las fuerzas armadas taiwanesas”, sostuvo Richard Hu, subdirector del Centro de Estudios de Taiwán de la Universidad Nacional de Chengchi.
Señaló que China busca recopilar información y “parámetros de preparación”, como cuánto demora y de dónde vienen las intercepciones taiwanesas, pero que una invasión sería algo muy arriesgado y costoso.
El terreno montañoso de la isla sería un desafío para cualquier fuerza armada.
“Para tomar Taiwán por la fuerza, el EPL aún enfrenta varios desafíos vitales, como el envío de cientos de miles de soldados por el Estrecho de Taiwán”, comentó Hu, un mayor general retirado taiwanés.