El Gobierno británico se reúne este lunes con representantes sindicales, en un intento de calmar las múltiples huelgas en diversos sectores para reclamar mejoras salariales, en un contexto de grave crisis social por el disparado costo de la vida.
“Ante la creciente crispación social, el Ejecutivo lanzó una invitación a todos los dirigentes sindicales a mantener una conversación adulta, honesta, sobre lo que el país se puede permitir, sobre lo que es responsable”, explicó el primer ministro conservador, Rishi Sunak.
Asfixiado por una inflación que roza 11% e impone estrecheces a muchas familias, Reino Unido se ve sacudido desde hace meses por una multiplicación de huelgas sin precedentes desde la época de la primera ministra ultraliberal, Margaret Thatcher (1979-1990).
Algunos trabajadores como las enfermeras denuncian que sus sueldos cayeron 20% en términos reales desde 2010, debido a varios años de aumentos inferiores a la inflación. La situación es tan grave que uno de cada cuatro hospitales en Inglaterra creó bancos de alimentos para su personal.
El anuncio de este diálogo aporta “un toque de optimismo” en opinión de Pat Cullen, secretaria general del Royal College of Nursing (RCN), principal sindicato de enfermeras.
Sin embargo, advirtió en declaraciones a la BBC que, dada la negativa del ejecutivo a mejorar la oferta salarial, “no se impedirá la huelga prevista dentro de 10 días”.
Las enfermeras están de nuevo llamadas a la huelga dos días en enero, después de haber realizado ya en diciembre dos jornadas de paro nacional sin precedente en más de 100 años.
Los diferentes sindicatos de ferrocarriles prosiguen también sus protestas, que no han cesado desde el verano, perturbando las fiestas navideñas y el retorno a la actividad en el nuevo año.
Servicios mínimos y huelga general
Hasta ahora, el Gobierno británico ha adoptado un tono firme, rechazando las peticiones de mejora salarial exigidas en el sector público y recurriendo al ejército para paliar la ausencia de los huelguistas.
El jueves pasado anunció que presentará inmediatamente un proyecto de ley para instaurar servicios mínimos en sectores como la sanidad, los bomberos, el personal de ambulancias y los trabajadores ferroviarios.
Sunak invocó “el derecho de los trabajadores a seguir adelante con sus vidas” sin tener que sufrir las “importante perturbaciones” causadas desde hace meses por los paros en el tráfico de trenes y metros, la gestión de las autopistas o los controles de pasaportes en los aeropuertos, entre otros sectores como los correos o la educación.
Por eso introducimos nuevas leyes, en línea con países como Francia, Italia, España, para asegurarnos de que tenemos un mínimo de seguridad en áreas críticas como el servicio de bomberos, el servicio de ambulancias, para que incluso en caso de huelga sepan que su salud está protegida afirmó.
Asimismo, dijo creer que es totalmente razonable y que eso es lo que harán “nuestras nuevas leyes”.
Por su parte, el secretario general del poderoso sindicato de transportes RMT, Mick Lynch, criticó al Gobierno por no haber ofrecido negociaciones antes y lo acusó de arrastrar deliberadamente los pies para mantener el control de la agenda mediática y convertir a los sindicatos en la bestia negra de la sociedad británica y en un enemigo de los trabajadores.
“Si tienen un nuevo acuerdo para nosotros, lo escucharemos y trabajaremos con todas las partes para llegar a una solución, pero necesitamos un nuevo enfoque”, sostuvo.
Mientras tanto, el RMT y otras centrales sindicales han previsto reunirse esta semana en el marco del Trade Union Congress (TUC), que federa a unos 40 sindicatos de diversos sectores, haciendo temer la posibilidad de que acaben convocando una huelga general, sin precedentes en Reino Unido desde 1926.