Irán utiliza la pena de muerte contra las y los manifestantes para aterrorizar a la población iraní y acallar la protesta, lo que se asemeja a un “asesinato de Estado”, así lo afirmó este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.
“El uso de procedimientos penales como arma para castigar a quienes ejercen sus derechos básicos, como quienes participan u organizan protestas, roza el asesinato de Estado”, dijo Türk en un comunicado.
Por su parte, Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado, dijo que las ejecuciones son “privaciones arbitrarias de la vida”.
Teherán ya ha ejecutado a cuatro personas acusadas de participar en las protestas que sacuden el país desde hace cuatro meses tras la muerte de una joven acusada de llevar el velo indebidamente, detenida por la llamada policía de la moral.
Otras dos ejecuciones son inminentes y al menos otras 17 personas han sido condenadas a muerte, según informó la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos en un comunicado.
El Gobierno iraní serviría mejor a sus propios intereses y a los de su pueblo escuchando sus quejas y emprendiendo las reformas legales y políticas necesarias para garantizar el respeto a la diversidad de opiniones, los derechos a la libertad de expresión y reunión, y el pleno respeto y protección de los derechos de la mujer en todas las esferas de la vida declaró Türk.
Asimismo, reiteró una vez más su llamado al Gobierno iraní para que respete la vida y la voz de su pueblo, imponga una moratoria inmediata sobre la pena de muerte y detenga todas las ejecuciones.
Además, dijo que Irán debe tomar medidas sinceras para emprender las reformas exigidas y reclamadas por su propio pueblo para el respeto y la protección de sus derechos humanos.
Crítica internacional
El mes pasado, Amnistía Internacional (AI) mencionó que las autoridades iraníes buscan la pena de muerte para al menos otras 26 personas en lo que llamó “juicios falsos diseñados para intimidar a los manifestantes”.
Activistas de derechos en las redes sociales también dijeron que otros dos manifestantes, Mohammad Ghobadlou, de 22 años, y Mohammad Boroughani, de 18, habían sido transferidos a confinamiento solitario antes de su ejecución en la prisión de Rajai Shahr en la ciudad de Karaj.
Los videos en las redes sociales mostraban a personas reunidas el domingo por la noche frente a la prisión cantando consignas contra Khamenei.
Por ello, la Unión Europea (UE), Estados Unidos y otros países occidentales han condenado a Irán por utilizar la pena de muerte contra los manifestantes.
Por su parte, al condenar la última ejecución de manifestantes por parte de Irán, la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, dijo que un régimen que asesina a su propia juventud para intimidar a su población, no tiene futuro.
La República Islámica, que ha culpado de los disturbios a sus enemigos extranjeros, incluido Estados Unidos, considera que la represión de las protestas preserva la soberanía nacional.