Internacional

Muere sor André, la persona más longeva del mundo, con 118 años

El libro Guinness de los Récords le confirió el rango de la persona más longeva del mundo el 25 de abril de 2022, tras el fallecimiento, a los 119 años, de la japonesa Kane Tanaka.

La francesa sor André, reconocida desde abril como la persona de mayor edad del mundo, falleció la madrugada del martes a los 118 años, en su residencia para ancianos de Toulon, anunció el portavoz del establecimiento.

“Falleció a las 2 de la mañana, mientras dormía. Sentimos una gran tristeza, pero ella ya lo quería, su deseo era reunirse con su hermano adorado. Para ella, es una liberación”, precisó David Tavella, encargado de comunicación del ancianato Sainte-Catherine-Labouré de Toulon, en la costa mediterránea donde residía.

Conocida como sor André, nació el 11 de febrero de 1904, en la ciudad meridional francesa de Alès.

El título de persona más anciana del mundo no es atribuido por ningún organismo oficial, pero los especialistas concordaban en que la religiosa era la persona de mayor edad de la que se podía verificar el estado civil.

El libro Guinness de los Récords le confirió ese rango el 25 de abril de 2022, tras el fallecimiento, a los 119 años, de la japonesa Kane Tanaka.

Sor André, en el último tramo de su vida, ciega y en silla de ruedas, no escondía desde hacía algunos años cierto cansancio y confesaba que su deseo era “morir pronto”.

“Pero Dios no me escucha, debe estar sordo”, dijo la mujer en una larga entrevista en febrero del año pasado.

Nacida en el seno de una familia protestante no practicante, la religiosa tomó los hábitos tardíamente en la congregación de las Hijas de la Caridad y trabajó hasta finales de los años 1970, pero luego siguió ocupándose de otros jubilados, más jóvenes que ella.

Se dice que el trabajo mata, pero a mi es el trabajo el que me hace vivir, pues trabajé hasta los 108 años dijo en aquella ocasión la religiosa.

Sor André sobrevivió a COVID-19

En el ancianato de Toulon le gustaban los chocolates y también degustar una copa de Oporto. Iba a misa cada mañana ataviada con su uniforme de religiosa, siempre con una tela azul cubriendo su cabello.

Sor Teresa, otra de las residentes del ancianato, dijo en abril pasado que ella tenía como misión “ayudar a los otros” y que su fe le daba fuerzas.

En 2021, le dio COVID-19 y lo superó sin dificultades, por lo que recibió numerosas cartas de muchas partes del mundo, a las que respondía, salvo cuando le pedían pedazos de su cabello.

Bromeaba sobre el récord que debía superar, el de Jeanne Calment, muerta a los 122 años en Arles, en 1997, en el sur de Francia que ambas compartieron.

Compartía muchos recuerdos gracias a su memoria intacta, conservada hasta el final. Entre ellos, la pérdida dramática de su gemela Lydie a los 18 meses o su llegada a París.

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