Valle de México

Familiares viven angustia por encontrar a lesionados de la Línea 12 del Metro

Daniel Hernández Argüelles tiene 27 años de edad y es mecánico de profesión, se dedica a reparar máquinas de construcción y la tarde del 3 de mayo tuvo que trabajar horas extras por la carga laboral de ese día, terminó sus labores y abordó un convoy de la Línea 12 del Metro que se desplomó minutos después.

Como resultado del accidente en el Metro de Ciudad de México se han reportado 23 personas muertas y más de 70 lesionados.

Yo hablé con él a las seis de la tarde y me dijo que tenía muchos trabajos, que se iba a tardar. Yo le dije que la cena ya estaba lista. Casi no veo la tele, pero me llamó un familiar para decirme lo que había pasado y así fue como miré las noticias y comencé a llamar a mi hijo, pero nunca me contestó”, mencionó Gabriela Hernández, madre de Daniel.

La señora salió de su casa que estaba cerca del accidente, caminó ida y vuelta entre paramédicos que llevaban camillas con heridos, bomberos y policías que se movían a ritmo esquizofrénico de un lado a otro. Gabriela caminaba angustiada bajo la estructura que había colapsado tratando de encontrar el rostro de su hijo.

Mi hijo es un muchacho bondadoso, me lo imagino que sí estuvo ahí, él habrá ayudado para sacar a las personas atrapadas. Espero que esté bien.  Ya caminé, y caminé. Ya pregunté qué se tiene que hacer para encontrar a mi hijo, pero nadie me dice cómo lo puedo localizar. Es una angustia horrible”, expresó Gabriela a Once Noticias.

Toda la familia comenzó a movilizarse, uno de sus tíos fue a buscarlo al Hospital de Iztapalapa, otro más se fue al Belisario Domínguez; Gabriela esperaba en la banqueta del Hospital General de Tláhuac. Ella se acercaba a los vidrios de cada ambulancia que pasaba para intentar reconocer el rostro de su muchacho. 

Las ambulancias entraban esporádicamente ya que el nosocomio donde esperaba Gabriela era uno de los que atienden a pacientes con COVID-19. Ella seguía llamando al celular de Daniel hasta que por fin le tomaron la llamada. Era un desconocido que le informó que el celular lo encontró tirado en la zona del accidente, fue así como se prendieron las alarmas y el llanto le colmo los ojos. 

No pasó mucho tiempo para que Gabriela recibiera otra llamada, era Jorge, su hermano, quien le confirmó que el muchacho estaba en el Hospital Belisario Domínguez, los ojos se le iluminaron y en un salto se puso de pie. Jorge, el tío, dijo que no tardaría mucho en pasar por ella para que fuesen a buscar al joven mecánico. 

La familia de Daniel se fue del Hospital General Tláhuac en una camioneta blanca que cruzaba la ciudad a las tres de la madrugada. 

 

Solidaridad capitalina

Cuando ya se había ido la familia Hernández, llegó un carro negro con dos mujeres, Loris y Graciela que comenzaron a repartir pan y leche caliente a los pocos que esperaban en ese centro de salud.

Estamos aquí porque sabemos que es muy difícil para todos. Este tipo de tragedias siempre nos afectan a todos, y nosotras pensamos que, si podemos ayudar, aunque sea con esto para que las personas no pasen en frio toda la noche. Nos gustaría poder hacer más pero esto es lo que está en nuestras manos”, comentaron las voluntarias.

Cuando Gabriela, la madre de Daniel, llegó al Hospital Belisario Domínguez le informaron que su hijo tenía una fractura de cráneo y lesiones en las extremidades. Los doctores de ese hospital le dijeron que en ese lugar no tienen el equipo para hacerle una tomografía, ya que se habían especializado en la atención de personas con COVID-19 y carecían del personal y las herramientas necesarias, así que le dijeron que ella pidiera un traslado al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

“No tienes idea de que porqueriza de servicio. Llegó una ambulancia al Belisario, pero tardó muchísimo, esa sería la encargada de trasladar a mi hijo, pero me trataron con mucho despotismo. Dijo que no podían trasladarlo porque el trámite no se hizo correctamente y yo les pedí que me ayudaran a hacer bien el trámite. La paramédico se dio la vuelta y se fue. Casi nos pasa las llantas por encima cunado arrancó”, relató la señora Gabriela. 

Hasta este momento, Daniel no ha recibido la atención médica que necesita y sigue en la espera de ser trasladado al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

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