El general retirado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Petr Pavel, fue elegido presidente de República Checa, tras imponerse este sábado 28 de enero en la segunda vuelta de las elecciones al multimillonario ex primer ministro Andrej Babis.
Pavel, un exparacaidista, obtuvo 58.32% de los votos, confirmando la tendencia de las encuestas, y Babis un 41.67 %, según los resultados definitivos.
La participación electoral fue excepcionalmente alta, de 70%, en un país con un modelo parlamentario, en el cual el jefe de Estado tiene un papel esencialmente ceremonial.
Así y todo, Pavel, de 61, años, se impuso al cabo de una campaña muy virulenta, marcada por las controversias e incluso por amenazas de muerte.
La coyuntura económica y política es particularmente delicada en este país de 10.5 millones de habitantes, que forma parte de la Unión Europea (UE) y la OTAN.
A una inflación récord se suma un fuerte déficit público, relacionado con la guerra en Ucrania.
Pavel sustituirá a Milos Zeman, un político controvertido conocido por su franqueza y quien tuvo vínculos estrechos con Rusia, antes de dar un giro tras la invasión de Ucrania.
Al votar el viernes, Pavel afirmó que quiere un presidente “digno” para el país.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lo felicitó en Twitter por su victoria.
“Valoro su apoyo a Ucrania y nuestra lucha contra la agresión rusa”, afirmó Zelenski.
Su homólogo francés, Emmanuel Macron, también envió sus felicitaciones a Pevel y destacó que los dos países están vinculados “por los valores profundamente europeos y por el apoyo a Ucrania”.
UE, OTAN y Ucrania
A diferencia de Pavel, Babis buscó durante la campaña seducir a los votantes preocupados con el impacto de la invasión rusa a Ucrania, insinuando que su rival, como militar, podría arrastrar al país a esa guerra.
También aseguró que no enviará tropas checas a ayudar a Polonia o los países bálticos en el marco de la defensa colectiva de la OTAN, lo cual generó críticas en el extranjero. Rápidamente tuvo que retractarse.
Pavel será el cuarto presidente de República Checa desde que el país se escindió pacíficamente de Eslovaquia en 1993, cuatro años después de que Checoslovaquia dejara atrás un régimen autoritario que se extendió durante cuatro décadas.
Los dos candidatos fueron miembros del Partido Comunista en los años 1980, cuando Checoslovaquia estaba en la órbita soviética.
Pero desde entonces Pavel, caracterizado por su cuidada barba y su cabellera blanca, fue un ardiente defensor de la entrada en su país en la UE y también en la OTAN.
“No tenemos una alternativa mejor. Deberíamos utilizar todas las buenas oportunidades que nos ofrece la adhesión e intentar cambiar lo que no nos gusta”, declaró en su sitio de campaña.
Pavel prometió ser un presidente independiente, que no esté influenciado por la política de los partidos. También dijo que desea seguir apoyando a Ucrania en el marco de la guerra y respaldar la candidatura de ese país para convertirse en miembro de la UE.
Pavel también apoyó los matrimonios igualitarios y la adopción de niños por parejas homosexuales.
“La República Checa es un Estado soberano y un miembro pleno [de la UE y de la OTAN]. No podemos simplemente quedarnos sentados y asentir y después criticar los resultados. Debemos ser más activos y, al mismo tiempo, constructivos”, afirmó Pavel.