Estudiantes de la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) realizaron la segunda jornada de Prácticas Escénicas en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, del Centro Cultural del Bosque.
La directora del plantel, Rocío Rangel Cuenca, explicó que la idea de estas prácticas es que las y los alumnos participen de un proceso creativo diferente al trabajo que de manera cotidiana se hace al interior de la escuela.
La Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello cuenta con tres orientaciones formativas, danza española, folclórica y contemporánea, por lo que Rangel comentó que la experiencia escénica es fundamental en la formación profesional de un artista.
“Implica no solo la ejecución, sino también la interpretación de un trabajo creativo”, comentó.
Es así como los estudiantes cierran en el escenario el ciclo de su formación académica, guiados por sus maestros y maestras, muchos de ellos reconocidos coreógrafos profesionales, con reconocidas trayectorias. Ejemplo de ello son Óscar Ruvalcaba, Lidya Romero y Leticia Alvarado.
En el caso de la danza folclórica, los maestros y maestras tienen un amplio conocimiento de las comunidades en donde se originaron estas danzas. Es el caso de Yuri Alcalá, Bárbara Arellano y Carmen Ochoa, entre otras.
Mientras que en danza española se menciona a Deniss Gutiérrez y Karime Ruiz, maestras con gran experiencia en este género, tanto del flamenco tradicional como del español estilizado.
En la segunda sesión de Prácticas Escénicas, efectuada en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, se presentaron las coreografías “El convite“, de Lidya Romero; “La forma de los sueños”, de Leticia Alvarado Díaz; “Fantasía para-sol”, de An Magdalena Ruiz; “Tempus voluntatem” (El tiempo dirá), de Ana Karen Francia y Ángel Jaime Vázquez e “In xóchitlh in cuícatl. Flor y canto”, de Luis Fernando H. Carrasco.