La reanudación de las exportaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos camina lento, pero sobre todo con incertidumbre sobre la forma como la nación sudamericana monetizará las ventas vía Chevron.
Tras la autorización en noviembre del Departamento del Tesoro para que la firma estadounidense llevara crudo venezolano a su país, este enero alcanzó una cuota de apenas 75 mil barriles, pero el objetivo es llegar a 106 mil 500 barriles diarios.
El plan que flexibilizó las sanciones dejó satisfecho inicialmente a Venezuela.
“Para Venezuela esto es realmente significativo, nadie esperaba un relajamiento de las sanciones. El tablero geopolítico global cambió totalmente”, expuso Pilar Navarro, analista de energía en Medley Advisors.
Pero los términos en que el crudo sudamericano sería pagado están generando inconformidades que podrían descarrilar el acuerdo.
“Entonces le dicen a un país: tienes permiso para negociar con Venezuela, pero no le puedes pagar en dólares, o en dinero efectivo o dinero en general, le tienes que pagar con alimentos o con productos. Es un modelo colonial”, sostuvo Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Las exportaciones venezolanas de hidrocarburos apenas llegan a 700 mil barriles diarios, nada comparable con los más de 3 millones que vendía al mundo, incluso a Estados Unidos, antes de las sanciones.
Cabe recordar que en diciembre de 2022 el gigante petrolero Chevron firmó contratos para la continuación de las operaciones y las actividades de producción en Venezuela, tras recibir una licencia de Estados Unidos para retomar parcialmente sus actividades en este país bajo embargo.
Chevron recibió una autorización del gobierno de Estados Unidos para retomar sus actividades en las empresas mixtas que tiene con Petróleos de Venezuela (PDVSA), paralizadas en 2020 en el marco de un embargo impuesto para presionar la caída del gobierno de Nicolás Maduro un año antes.