
Ante las advertencias de representantes de la Secretaría de Marina (Semar), las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Marina en el Senado aprobaron, por unanimidad, dos acuerdos internacionales firmados por México para reforzar la vigilancia y lucha contra la pesca ilegal de especies en peligro de extinción, como la vaquita marina.
Tenemos un país rico en especies y explotación pesquera, pero que si no lo cuidamos vamos destinándolo a la sobreexplotación, y eso nos va a llevar a que nuestras especies endémicas, como tenemos el caso de la vaquita marina, el caso de la totoaba, a pesar de que están declaradas como especies en protección especial, la vaquita marina, en peligro de extinción, se sigue explotando” aseguró el director de Vigilancia Pesquera en la Capitanía de Puertos de la Semar, Carlos Ruiz.
Ante las y los senadores de las comisiones dictaminadoras, el capitán Carlos Ruiz, puntualizó que México enfrenta un grave problema en materia de ordenamiento pequero, por el crecimiento de la demanda de productos del mar, ante el crecimiento demográfico.
También dijo que se requiere de fomentar una nueva cultura marítima y revisar de manera integral la legislación en la materia.
Los dictámenes, con proyecto de decreto avalados, son por el que se aprueba el acuerdo sobre las medidas del estado del rector del puerto destinadas a prevenir desalentar y eliminar la pesca ilegal no declarada y no reglamentada, así como por el que aprueba la convención relativa a la organización internacional de ayudas a la navegación marina.
Ambos serán presentados al pleno del Senado para su discusión y votación, correspondiente.
Solo quedan alrededor de 10 ejemplares
Las vaquitas marinas (Phocoena sinus), también conocidas como cochitos, se encuentran entre los animales más amenazados del planeta, con sólo 10 individuos vivos.
Relacionados con las marsopas comunes (Phocoenidae), estos mamíferos miden alrededor de un metro y medio de largo, lo que los hace vulnerables ante las redes de enmalle que utilizan los pescadores del Mar de Cortés (también llamado Golfo de California y Mar de Bermejo), en el noroeste de México, el único lugar del mundo donde se encuentran.