Las mujeres trabajadoras en México que son madres, enfrentan peores condiciones laborales que aquellas que no lo son, pues incluso 58% de las que tienen hijos trabajan en la informalidad.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, siete de cada 10 mujeres que participan en el mercado laboral son madres.
Las cifras revelan que siete de cada 10 mujeres de 15 años o más son madres y en promedio tienen tres hijos o hijas. No obstante, su rol como cuidadoras no siempre es compatible con el mercado laboral.
Sólo alrededor del 44% de las mujeres que son madres, tiene un empleo o están en búsqueda de uno. Asimismo, tener más hijos puede traducirse en una menor participación económica, por ejemplo, 54% de las madres con un hijo tienen un empleo o están en búsqueda de uno, en comparación con 38% de aquellas con 4 hijos y 27% con 5 hijos o más.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala la necesidad de que en México se implementen políticas públicas que fomenten la participación de mujeres que son madres, así como promover que las condiciones de los puestos, en especial los de mayor jerarquía, se adapten a sus necesidades.
También dice que es necesario promover programas escalonados para regresar al mercado laboral después de la maternidad, y es fundamental garantizar un sistema de cuidados formal corresponsable entre los hogares, el sector privado y el Estado.
De acuerdo con una encuesta del IMCO sobre crecimiento profesional con perspectiva de género, 51% de las madres respondieron haber pausado su carrera profesional en comparación con 25% de las mujeres sin hijos.
Con respecto a los hombres, esta proporción disminuye a 20% y 21%, respectivamente. Ello revela, dice el IMCO, que las desigualdades entre mujeres y hombres que existen dentro del hogar se reflejan también en el mercado laboral.
“Esto implica que tienen un acceso limitado a seguridad social, enfrentan incertidumbre jurídica y perciben menores ingresos”, advierte un reporte del IMCO.
Otro ejemplo de la desigualdad a la que se enfrentan las mujeres que son madres en el país, es que una mujer en promedio dedica 40 horas a la semana a tareas del hogar y de cuidados, mientras que un hombre dedica solo 15.9 horas semanales.
Esta situación se acentúa en los hogares con presencia de infantes menores de seis años, en donde las mujeres aportan 3.4 veces más valor económico por las tareas no remuneradas que realizan que los hombres.
En contraste, dice el reporte del IMCO, en los hogares sin niños o niñas pequeñas, las mujeres aportan 2.4 veces más valor económico, por lo que esto agudiza las brechas de género en el mercado laboral ya que reduce el tiempo disponible que las mujeres pueden ofrecer en la economía remunerada si así lo desean.