El Gobierno francés contempla imponer nuevas restricciones en París, incluyendo un confinamiento domiciliario los fines de semana, para reducir el número de infecciones por coronavirus que tienen a los hospitales de la capital casi saturados.
Ha llegado el momento de contemplar medidas para la región parisina”, comentó el primer ministro Jean Castex.
Un confinamiento los fines de semana, es una hipótesis”, señaló.
El ritmo de circulación del virus, marcado por la propagación de la variante inglesa, considerada más contagiosa, no para de crecer en la región parisina, la más poblada del país con 12 millones de habitantes.
La tasa de incidencia de casos reportados en los últimos siete días en la región sigue aumentando y llegó a 418 nuevos casos por cada 100 mil habitantes, muy por encima del llamado umbral de alerta máxima de 250 impuesto por las autoridades de salud.
Para evitar un colapso de los hospitales de la capital, las autoridades comenzaron a evacuar esta semana a pacientes graves con COVID-19 a establecimientos de otras regiones menos afectadas.
El confinamiento domiciliario los fines de semana responde a una nueva estrategia implementada por Macron que busca evitar a toda costa un tercer encierro nacional, que sería devastador para la economía.
Ya está en vigor en el turístico departamento de los Alpes Marítimos y en el departamento de Pas-de-Calais frente a las costas británicas.
Y a nivel nacional, ya rige un toque de queda nocturno, entre las 18:00 y las 06:00 horas, desde hace dos meses y los restaurantes, cafés, bares, museos y cines están cerrados desde finales de octubre.
A esto se suma un retraso en la campaña de vacunación, frenada desde el lunes después de que una quincena de países, entre ellos Francia, España y Alemania, suspendieron el uso de la vacuna de AstraZeneca tras señalarse problemas sanguíneos en personas vacunadas.
En un año, el coronavirus ha matado en Francia a 91 mil personas.