Economía

El poder de la mujer para el desarrollo económico

En México hay 64.5 millones de mujeres y 61.4 hombres, ¿por qué habiendo más mujeres, los hombres continúan teniendo más presencia en cargos de comercios, corporativos, instituciones o Gobiernos?, ese debería ser el reto en nuestro país, alcanzar la igualdad de género y es que las mujeres han demostrado tener una importante participación en la economía.

En la última década se ha demostrado que las economías que incluyen a las mujeres crecen más y más rápido y otro punto que hay que destacar es que las empresas que apuestan por la inclusión son más productivas.

Estos son dos puntos que podrían ser centrales para crear estrategias contra la pobreza. El ejemplo más claro lo tenemos más cerca de lo que pensamos y es que las mujeres cuando piensan o tienen un trabajo, los ingresos lo destinan a su familia, a la educación o a la salud; en tanto, el hombre tiene una mirada más material, viendo, en su mayoría, la adquisición de algún enser personal. 

Las mujeres más allá de pensar en la distribución en sus familias, también lo hacen con la aportación en sus comunidades, siempre con el objetivo de crecer y desarrollarse.

En México, la población ocupada de mujeres se desempeña en gran parte en el sector comercio, en servicios sociales, así como en restaurantes y alojamientos. En contraste, la construcción es el sector más bajo, donde casi es un 100% ocupado por varones.

El sector comercio es de los que tienen mayor peso en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, más del 20.9% y cuenta con una participación en este ramo de las mujeres superior al 50%.

Si ponemos un estado de ejemplo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Oaxaca, 6 de cada 10 personas que trabajan en el comercio son mujeres.

Si bien observamos un incremento de participación de mujeres en secretarías de Estado o en legislaturas, no pasa lo mismo en puestos directivos de instituciones o en el sector privado.

Para 2030, el PIB podría ser 15% mayor que el PIB de 2020 si el Gobierno y el sector privado implementan acciones para sumar a 8.2 millones de mujeres a la economía en los próximos 10 años”, estima el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Sin embargo, la tasa de participación económica de las mujeres en nuestro país se ubica entre las más bajas de América Latina. En naciones como Uruguay, Colombia, Perú, Brasil o Argentina, su tasa es superior.

La población en México no solo se enfrenta a la falta de políticas públicas, sino también a la falta de rompimiento de paradigmas, que generen la apertura a una cultura más organizada e incluyente. Y pensemos en la inclusión no solo de mujeres, sino de la comunidad LGBTQ+, personas con alguna discapacidad o adultos mayores.

Es lamentable que actualmente siga existiendo una discriminación de género al contratar personal y si se contrata suelen ser con salarios menores a los que percibe un hombre. Sin embargo, esta brecha salarial se observa en prácticamente todo el mundo. Las mujeres en promedio ganan sólo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres.

Hay diversos obstáculos para que el puesto lo ocupe una mujer, uno de ellos por ejemplo, es el cuestionamiento de conocer si tienen hijos o no, con lo que determinan la disponibilidad para el empleo. Sin hablar del acoso sexual que sufren. 

En la actualidad no se contempla que emplear a las mujeres también es ayudar a su autonomía económica, lo que tendría una repercusión en que haya menos violencia de género entre parejas.

Golpea pandemia a empleo de mujeres

México tiene una Población Económicamente Activa (PEA) de 54.5 millones, de acuerdo de datos del INEGI, hasta enero de 2021.

La PEA son las personas que participan en el mercado laboral, ya sea como ocupadas o en búsqueda de trabajo.

  • La tasa de participación de mujeres fue de 40.5% hasta el primer mes de 2021.

Al inicio de la pandemia, es decir en marzo del 2020, el porcentaje era de 74.9% (22.9 millones de mujeres). Si lo comparamos con el dato de los hombres, en enero la PEA fue de 73.3%.

Hay que pasar de los datos a la creación de políticas ambiciosas y nuevas mentes para una participación igualitaria en México que tenga una consecuencia para el desarrollo económico no solo de comunidades, sino de toda una nación.

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