Al menos 11 manifestantes murieron este lunes en Myanmar, donde la junta militar bloqueó las redes de datos móviles, lo que obligó a postergar una audiencia telemática de la exdirigente Aung San Suu Kyi.
Estos manifestantes fallecieron en varias localidades de las regiones centrales del país y, según testigos, los militares volvieron a utilizar munición real contras las protestas.
Dos hombres murieron por disparos y otros seis resultaron heridos. Estaba justo a mi lado. El otro recibió un disparo en la cabeza”, dijo un testigo en Aunglan.
Otro manifestante falleció en Monywa, informó un medio estatal y otros dos hombres, de unos 20 años, en Mandalay.
El balance no deja de aumentar con al menos 44 civiles muertos el domingo, la jornada más sangrienta desde el Golpe de Estado militar del 1 de febrero.
En total, más de 120 personas han muerto en las últimas seis semanas, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP).
El domingo, la tensión fue especialmente fuerte en Hlaing Tharyar, un suburbio industrial de Rangún, donde un grupo de asaltantes incendió varias fábricas chinas y 22 manifestantes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
Tras los enfrentamientos, la junta decretó la ley marcial en seis comunas de Rangún, Hlaing Tharyar y Shwepyitha.
Toda persona detenida en los suburbios será juzgada por un tribunal militar y se enfrenta al menos a tres años de trabajos forzados.
El resentimiento contra China se ha intensificado en las últimas semanas en el país, pues muchos piensan que Pekín, gran inversor en Myanmar, tiene una posición demasiado indulgente con los militares golpistas.
Este lunes, China se declaró muy preocupada por la seguridad de sus ciudadanos en Myanmar y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, exhortó a las autoridades a tomar medidas para evitar decididamente que tales incidentes se reproduzcan.
Entretanto la AAPP ha contabilizado más de 2 mil detenidos desde el Golpe de Estado, entre ellos Auung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz 1991 y dirigente de hecho del Gobierno hasta el golpe.
Suu Kyi, de 75 años, tenía que comparecer ante la justicia por videoconferencia, pero la audiencia fue postergada por falta de conexión a internet y se realizará el 24 de marzo, indicó su abogado Khin Maung Zaw.