Valle de México

“Hasta encontrarles CDMX”, colectivo en busca de familiares desaparecidos

Hasta encontrarles CDMX: ¿cómo viven los que se dedican a la búsqueda de familiares desaparecidos?

 

“Mi nombre es Juana Garrido, soy hermana de Viviana Elizabeth Garrido Ibarra, desaparecida el 30 de noviembre del 2018 en la alcaldía Benito Juárez de Ciudad de México. Ahora me dedico a la búsqueda de personas desaparecidas en el colectivo “Hasta Encontrarles CDMX”, dijo a Once Noticias.

Viviana desapareció al salir del trabajo un viernes, junto con una compañera. Su familia sabe que se bajó en metro Ermita a las cinco de la tarde y después de eso, perdieron toda comunicación telefónica, ya no se sabe de ella.


“Por parte de mi familia, la búsqueda fue inmediata, recorrimos las calles donde supuestamente se le vio por última vez, detectamos cámaras y comenzamos el volanteo en la zona y preguntábamos a las personas por mi hermana”, narró Juana sobre el protocolo que accionó la familia de Viviana para su búsqueda.


Se recabó muchísima información que fue llevada a Fiscalía Especializada en la Búsqueda e investigación de personas Desaparecidas (FIPEDE), sin embargo, hubo muchos retrasos.

Ese mismo día nos levantaron el reporte y se aportaron datos. El sábado ponemos la denuncia y el domingo volvemos a ir porque habíamos detectado algunas otras cosas que podían servir para dar con el paradero de mi hermana, y cuando vamos a dar el aporte de información nos cuestionan por qué queríamos ampliar esta denuncia. Pues para que investiguen otras líneas y hagan la búsqueda. Ya que declaramos nos dijeron que no había personal que revise cámaras o que fuera al lugar y ni siquiera ellos podían hacer cosas porque era fin de semana. Que regresáramos el lunes, y el lunes, los policías nos dicen que tenían casos prioritarios y no podían ir a resguardar las cámaras ni hacer entrevistas”, recordó.

 

Las acciones de búsqueda por las autoridades empezaron hasta el cuarto día.

“En ese tiempo nosotras ya habíamos hecho el trabajo de campo y juntado muchas pruebas. A pesar de que se hace la denuncia, nos damos cuenta que son frecuentes estas prácticas. Ya no les dicen que tienen que esperar 72 horas para tomarles el reporte, pero estamos hablando que tardan hasta tres días para que la fiscalía inicie la búsqueda”, indicó Juana.

En Ciudad de México, asegura, que no se ha implementado el protocolo homologado de búsqueda que está aprobado desde 2015.


“Nosotros, con el acompañamiento de IDHEAS, solicitamos que nos hagan un plan de búsqueda según el protocolo homologado y nos respondieron que es un protocolo que no está en vigor y no lo podían activar. Entonces fuimos al juez de control y denunciamos esa acción, el segundo es el protocolo albo (enfocado en líneas de investigación con perspectiva de género que articula la búsqueda inmediata de mujeres y niñas), que tampoco activaron en el Caso de Viviana”.

Compartió que al asistir con el Juez de control para denunciar el incumplido de los funcionarios. En su defensa, la Ministerio Público acusada dijo haber hecho “todo lo posible” y una infinidad de acciones. Sin embargo, no encontraron un delito que perseguir en el caso Viviana, por lo tanto no era víctima de desaparición.
“Eso me deja pensando que si después de año y medio no encuentran elementos para decir que es víctima de desaparición, entonces ¿cómo la están buscando?”.

Su familia sostiene que si al momento de la desaparición de Viviana se hubiera analizado el contexto de las personas y sus vínculos cercanos, hubiéramos tenido otros resultados, pero se hizo un año después.


Hay peritajes de antropología social que pueden explicar el contexto en el que desaparecen las personas, estamos hablando de que la mayoría de menores de edad desaparecidas son mujeres y pudieron ser víctimas de trata, o que si se fueron por su voluntad es porque hay muchos problemas que las llevan a esa situación y son esos problemas los que no se toman en cuenta para las investigaciones”, aseveró.

Juana considera que los estereotipos de género también están en las personas que toman la denuncia de las mujeres desaparecidas, se juzga su forma de vida y esto impide que se pueda hacer un análisis más amplio de las vidas de las mujeres o niñas que están desapareciendo y a partir de ahí tener mejores instrumentos que puedan ayudarnos a su localización.

“Minimizan la urgencia de estar desaparecida y en peligro, en un país donde la violencia contra las mujeres es bastante marcada”, comentó Juana Garrido a Once Noticias.

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