Ciencia

Deforestación en la Amazonía brasileña cae un 66% en julio

En los primeros siete meses del gobierno de Lula, la deforestación cayó 42,5%, a 3,149 km2, contra igual periodo del año pasado.

La deforestación en la Amazonía brasileña disminuyó 66% en julio contra igual periodo del año pasado, alcanzando la menor cifra para este mes en cinco años, según datos divulgados este jueves por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que atribuyó los resultados a sus políticas de control en la región.

El mes pasado, la deforestación alcanzó 500 km2, marcando un descenso de 66% en relación con igual mes de 2022, cuando alcanzó los 1,487 km2, según datos difundidos en rueda de prensa por los ministerios de Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología.

 

El dato de julio basado en el sistema de vigilancia del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) fue celebrado por las autoridades, por tratarse del mes de inicio del clima seco y, por tanto, de la temporada alta de destrucción del bioma amazónico. 

La ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, destacó la “caída consistente” de la deforestación y un “ciclo virtuoso” en el freno a la impunidad de los delitos en la mayor selva tropical del mundo.

En tanto, la deforestación cedió 7% en un año hasta agosto, con 7,952 km2 deforestados, el menor valor en cuatro años. En el mismo periodo entre 2021 y 2022, la devastación llegó a 8,590 km2, según las cifras oficiales. 

Los datos se conocen en vísperas de la primera cumbre de presidentes de los ocho países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) desde 2009, que se realizará la semana próxima en la ciudad de Belém (Pará, norte de Brasil).

Por otra parte, en los primeros siete meses del gobierno de Lula, entre enero y julio, la deforestación cayó 42,5%, a 3,149 km2, contra igual periodo del año pasado.

Lula llegó al poder con la promesa de priorizar el cuidado del medioambiente, revirtiendo las políticas de su predecesor Jair Bolsonaro (2019-2022), y eliminar la deforestación ilegal de la Amazonía en 2030, endureciendo controles.

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