Ellas y ellos son rarámuris, los de los pies ligeros, acostumbrados a caminar y correr largas, muy largas distancias.
Desde hace dos semanas, sus adultos mayores reciben la vacunación anticovid en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, aunque para ello, siempre se deba pedir autorización al gobernante indígena, quien lleva el control de quienes recibirán la inmunización.
Falta el de Roachochi, no sé si hayan ido, porque no tengo manera de decirles, de Rochochi faltan, un señor que es viejito también no sé si hayan ido ayer para Tonachi”, Bernabé Americano, indígena de la comunidad La Gobernadora.
Sin embargo, a pesar del consentimiento del sabio del lugar, hay quienes tienen miedos y, claro, muchas dudas.
Es el caso de Toñita. A sus 63 años piensa que le van a cobrar por llevarla de la comunidad de La Gobernadora a la cabecera municipal en Guachochi, por lo que inicialmente se niega.
Después accede cuando le explican en su lengua que la vacunación es totalmente gratuita.
Una estufa rural que funciona solo con leña, un par de tarimas con unas cuantas cobijas, una olla con frijoles, maíz para sembrar, un metate para moler y una chiva, son los bienes que posee Toñita, la que nunca fue a la escuela y mucho menos habla español.
Después de media hora de convencimiento, las brigadas correcaminos de la Secretaría del Bienestar la trasladan, junto con otras 15 personas adultos mayores hasta el hospital rural número 26 del IMSS, con sede en Guachochi.
Ahí les toman sus datos generales y posteriormente, les aplican la vacuna que los protegerá del COVID.
Un trabajo que se ha repetido en las últimas semanas y que se complica por el idioma, las distancias y las condiciones de los caminos.
La comunidad indígena no se encuentra solo en la cabecera municipal, tenemos alrededor de 1200 localidades en lo que es el municipio de Guachochi y los lugares muy lejanos, lugares a los que hay que ir por la gente, lugares a los que no se le facilita a la gente el caminar muchas horas para llegar a la vacuna”, Ivonne Contreras, delegada regional de la Sierra Tarahumara.
Labor que continuará hasta vacunar al último adulto mayor tarahumara, una población altamente marginada.
Seguimos trabajando, seguimos trabajando porque sabemos que vale la pena, vale la pena llegar hasta los últimos rincones de nuestro municipio con la gente”, puntualizó la delegada regional de la Sierra Tarahumara.