Hace medio siglo, a sus 28 años de edad, por sus ojos pasaron aterradoras imágenes: el bombardeo al Palacio de la Moneda en el golpe de Estado dirigido por el general Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.
Isabel Allende Bussi perdió a su padre, el presidente de Chile, Salvador Allende.
Un día después, el 12 de septiembre, Isabel Allende y su madre Hortensia Bussi escaparon de una casa hacia la embajada de México, con la ayuda del embajador mexicano, Gonzalo Martínez Corbalá.
Esa chilena que lo perdió todo, ahora está en México, para mantener viva la memoria de aquel golpe contra la democracia.
“Y Gonzalo dice súbase al auto y emprendemos el viaje a la embajada y de la casa donde estábamos: no era demasiado lejos pero debo decirles que estaba prohibido circular y debo decirles que nos detuvieron siete veces”, dijo Isabel Allende Bussi.
Isabel Allende y su madre llegaron el 16 de septiembre de 1973 a su segunda patria, México.
“México nos acogió, llegaron a ser casi más de 700 asilados entre la cancillería y la embajada”, agregó Allende.
El golpe militar dejó un saldo de más de 3 mil 200 desaparecidos, más de 38 mil víctimas de tortura y 250 mil exiliados.
En sus testimonios en la UNAM y en el Complejo Cultural Los Pinos, la actual senadora Allende y el también senador socialista José Miguel Inzulza, rechazaron la pretensión de la derecha chilena de no conmemorar este 50 aniversario.